Opinión
Playa, instrucciones de uso
Uno: dónde dejar la mascarilla. Porque a la sombrilla, la silla, la crema, las toallas, el móvil, el libraco de 500 páginas para todo el verano y que no leeremos ni 10, hay que añadir la mascarilla y encontrar dónde y cómo dejarla. Un consejo, nunca en el bolsillo del bañador: se moja.
Dos: marcar territorio. Con el pie hay que señalar con claridad la frontera de nuestros metros cuadrados como quien llega a un continente no explorado y toma posesión. No está claro la extensión que debe tener, pero conviene que sea grande para poder extender las toallas y, principalmente, para dejar suficiente distancia con la familia de al lado. Han venido con nevera y con niños, así que piensan pasarse el día allí. Quizá en vez de marcar con el pie la zona, se puede empezar a hacer una muralla.
(Nota: a la sombrilla, la silla, la crema, las toallas, el móvil, el libraco de 500 páginas que sólo leeremos diez y la mascarilla, añadir, entonces, pala y cubo)
Tres: ¿Qué hacer? Pues eso depende de la zona que hayas elegido y las normas que rijan. En algunas playas está prohibido que los niños usen tablas de surf o que se juegue a las palas o sentarse en la orilla. Aunque todo el mundo esté echándose la siesta y tú hayas aguantado hasta las tres de la tarde, con un calor que dan ganas de irse al coche y encender el aire acondicionado y hasta donde te alcanza la vista no ves a nadie. Da igual. Los vigilantes Covid te lo prohíben.
Pero, en cambio, en otra playa no excesivamente lejana se puede llevar tabla, jugar a las palas o al fútbol y sentarse en la orilla a ver morir las olas y pensar en cosas trascendentes como si al irte de tu casa de la ciudad dejaste encendida la luz del baño.
(Nota 2: a la sombrilla, la silla, la crema, las toallas, el móvil, el libraco de 500 páginas que sólo leeremos diez, la mascarilla, la pala y cubo, sumar también la pelota, que ya veremos qué norma se aplica en esa autonomía)
Cuatro: Prohibido comparar. El momento decisivo del verano es ese en el que te quitas la camiseta para demostrar a toda la playa que incluso durante el confinamiento seguiste haciendo ejercicio con los vídeos de youtube y que no fuiste de los que te peleaste por el último paquete de levadura. El vecino de «parcela», sin embargo luce un «six pack», mientras tu buscas excusas para tu barriguilla. La operación verano, de nuevo, ha sido un fracaso.
Cinco. Hacer foto. Porque a pesar del sudor por cargar con la sombrilla, la silla, la crema, etc; a pesar de que lo que creías una bolsa era una medusa y te ha picado en el culo. A pesar, incluso, de que el libro es un rollo, la silla incómoda y la sombrilla se vuela. A pesar de que el Chiringuito está lejos y la arena quema y tienes sed. A pesar, además, de que has caído en una playa donde los vigilantes no te dejan hacer nada. A pesar de que el año que viene o vas a la montaña o, lo juras, te quedas en casa.
A pesar de todo, lo más importante: que en el selfie que acabas de colgar en Instagram, parezcas feliz.
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