Opinión

Un GPS para Don Juan Carlos

La solución para el «queremos saber» que tanto gusta a los chismosos del patio de vecinos nacional es instalar en las muletas del rey Juan Carlos un «Sistema de Posicionamiento Global», conocido como GPS por sus siglas en inglés. Hay que descartar la cámara oculta porque resulta algo invasiva, aunque no hay que olvidarla ya que lo han convertido en el único español que no tiene derecho al honor, la intimidad y la propia imagen. No hay canción del verano, pero tenemos un tema que eclipsa la crisis económica, el avance de los rebrotes del covid-19 y la segunda ola que no consigue ver el licenciado surfista Simón, la imputación de Podemos y algunos miembros de la cúpula directiva y los enredos del independentismo catalán. No sabemos cómo nos irá en septiembre y si se podrán abrir con normalidad las escuelas, institutos y universidades, pero a tanto pseudointelectual de tertulia política o del corazón les interesa más saber su periplo, incluidas escalas, durante este mes. Es algo que conviene mucho a la izquierda, porque no hay mejor opio para el pueblo que las cortinas de humo.

El GPS nos resuelve muchos problemas y, en este caso, nos aclararía si estuvo o no en Abu Dabi, qué casas visitó, dónde comió, cenó y durmió, si sigue allí o está dando la vuelta al mundo como Phileas Fogg, aunque también es posible que se apunte a un viaje turístico a Marte. Tras la experiencia de reinar en un país donde siempre han existido muchos marcianos sueltos podría ver si hay algún atisbo de veracidad en el libro «Una princesa de Marte» de Burroughs, que inició la divertida e ingeniosa serie de novelas de ciencia ficción. Lo que está claro es que haga lo que haga será criticado por la colección de listos nacionales con vocación de inquisidores. Cada día que pasa estoy más convencido de que acertó poniendo distancia ante la caterva de ingratos, oportunistas y políticos que le quieren utilizar para atacar a la Corona con el objetivo de tener una cortina de humo que tape sus miserias. No contentos con machacar al padre, la turba de independentistas, comunistas y antisistema quiere despenalizar las injurias al rey. Como la pagamos todos, es bueno convertir la jefatura del Estado en un muñeco de feria al que se puedan lanzar todo tipo de dardos o pelotas. Creo que la institución merece mucho más respeto.