Estados Unidos

La necesaria apuesta de Biden por la moderación

«Trump advierte con acierto sobre el peligro que supone el ala izquierdista demócrata»

Alexandre Muns Rubiol

El 14 de diciembre el cuerpo de compromisarios electos (Colegio Electoral) ratificará la victoria del exvicepresidente Joe Biden. En toda elección se producen irregularidades, pero hasta ahora no se han podido demostrar las denuncias de fraude sustancial. Los tribunales han rechazado decenas de recursos presentados por la campaña del presidente Donald Trump. Joe Biden tomará posesión como presidente el próximo 20 de enero. Obtuvo 306 votos electorales, mientras que Donald Trump logró 232. Biden recibió 81 millones de votos frente a los 74 millones sumados por Trump. Pero hasta el 5 de enero EEUU continuará en campaña electoral porque en dicha fecha se celebra la segunda vuelta de los dos escaños de Georgia en el Senado. Los Demócratas mantuvieron su mayoría en la Cámara de Representantes.

Los comicios en Georgia decidirán qué partido se alza con la mayoría en el Senado. Es bastante improbable que los dos aspirantes demócratas desbanquen a los senadores republicanos. Si se produjera dicho desenlace, se registraría un empate a 50 senadores entre ambos partidos en el Senado, exigiendo la asistencia y voto de la vicepresidenta Kamala Harris para conseguir una mayoría demócrata. Los ambiciosos planes medioambientales, de modernización de infraestructuras, presupuestos y confirmación de ministros de izquierdas del gabinete de Biden naufragarán si los Republicanos mantienen su mayoría en el Senado. Con una mayoría de un voto a los Demócratas también les costará mucho aprobar su legislación. Ambos partidos están volcando todos sus recursos financieros y desplegando a sus estrellas políticas en Georgia.

Los republicanos moderados no se pueden distanciar de Trump por su capacidad de recaudar dinero y lograr que multitudes acudan a sus actos. El aún presidente ha logrado recolectar 495 millones de dólares desde mediados de octubre. En lugar de criticar a gobernadores y cargos republicanos que no respaldan sus acusaciones de fraude, Trump debería resaltar los éxitos de su mandato. Hasta la irrupción de Covid-19, la reforma fiscal de 2017 y la eliminación de regulaciones aumentó el crecimiento económico y el desempleo descendió a su nivel más reducido en medio siglo para todos los grupos demográficos. Se ha afianzado la independencia energética de EEUU y su condición de primer productor mundial de petróleo y gas natural.

Trump ha conseguido mejoras sustanciales para los fabricantes de EEUU con la renegociación del TLCAN (ahora T-MEC) con Canadá y México y del acuerdo comercial bilateral con Corea del Sur. Ha cubierto tres vacantes en el Tribunal Supremo con conservadores y nombrado a 194 jueces federales, un 24% del total que está ejerciendo. Ha plantado cara a China, facilitado el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre tres países árabes (Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Sudán) e Israel, impulsado el aislamiento de Irán y evitado aventuras militares. Trump advierte acertadamente sobre el peligro que supone el ala izquierdista del partido Demócrata.

Los radicales exigen la eliminación de los hidrocarburos y el fracking, la concesión de cobertura médica y legalización rápida e incondicional para los 11 millones de inmigrantes que viven en EEUU y compensación con buenos cargos e incluso indemnizaciones para todas las minorías que han sufrido injusticias. Biden rechaza los disturbios violentos desatados por el asesinato de George Floyd en Minneapolis y las reducciones en la financiación de los departamentos de policía. Entre enero y agosto los homicidios aumentaron un promedio del 24% en las 50 mayores ciudades de EEUU. Consciente de que en el mejor de los casos los Demócratas superarán en un voto a los Republicanos en el Senado, Biden está nombrando en líneas generales a veteranos que ya ejercieron cargos de alta responsabilidad durante la presidencia de Barack Obama o cuyo perfil moderado debería permitir su confirmación por parte de la cámara alta.

Janet Yellen, expresidenta de la Reserva Federal, será ministra de Finanzas. Anthony Blinken, exviceconsejero de seguridad nacional de Obama, será el titular del ministerio de Asuntos Exteriores y el exsenador John Kerry será el zar para asuntos climáticos. El ala izquierdista exige incesantemente a Biden que nombre a muchos más afroamericanos, hispanos y miembros de otras minorías para cargos en el gobierno. Demócratas y Republicanos quizás pacten un plan de estímulo antes de finales de año. Pero la transición también puede complicarse hay que acordar una prórroga presupuestaria que evite un cierre de las actividades del gobierno federal. Las solicitudes para emplear sus vacunas contra Covid-19 presentadas por Pfizer y Moderna serán aprobadas por el organismo regulador federal (FDA) antes de mediados de diciembre.

Cuarenta millones de estadounidenses habrán recibido la vacuna cuando Biden asuma la presidencia. Se administrará en diciembre al personal sanitario y personas en residencias y a partir de enero a los mayores de 65 años. Ya está preparada la inminente campaña de vacunación, cuya logística correrá a cargo de las fuerzas armadas y que aplicarán los gobernadores, 26 de los cuales son republicanos. Dichas actuaciones y la moderación son imprescindibles para que el nuevo presidente cumpla con su promesa de reconciliar un país muy dividido.