Opinión
¿Gobierno de España?
Legitima a un prófugo de la justicia que dio un golpe sedicioso
Cuando este Gobierno pase –que, como todo, pasará– quedará la huella de una gestión que será valorada según el color del cristal con que mire el opinante de turno, pero hay algo que será indiscutible, más allá de unas u otras opiniones políticas: la imagen pública del Gobierno como órgano constitucional del Estado ha quedado deteriorada a ojos vista de manera lamentable.
No se trata de que por ser un gobierno de coalición haya voces distintas en su seno –que también–, sino que se muestra como dos gobiernos o, por decir con más precisión, como un órgano bifronte que actúa al mismo tiempo como Gobierno, oposición y tertuliano. Ya resulta evidente que el Vicepresidente Iglesias y sus cuatro ministros acompañantes en el Consejo, tienen escasas competencias e iniciativas para resolver problemas y promover el bien común o el interés general, por lo que buscan visualizar su existencia con declaraciones sobre cuestiones y en unos términos que nada tienen que ver con el sentido de la responsabilidad que se le supone a gobernantes en ejercicio y, más si cabe, en una situación de emergencia nacional como la actual.
Tras haber introducido en la opinión pública y publicada el debate sobre la forma de Estado –monarquía o república– en unos términos más propios de una asamblea estudiantil de la facultad de Políticas, ahora legitima a un prófugo de la justicia que dio un golpe sedicioso contra el Estado al que él mismo representaba en Cataluña. Ese es el Gobierno de España que tenemos.
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