Ciudadanos

Sillones o programas

A los políticos lo que de verdad les interesa es eso: el sillón, no el bienestar de los ciudadanos

La política es el arte por conquistar el poder. A los políticos lo que de verdad les interesa es eso: el sillón, no el bienestar de los ciudadanos. Por eso, cuando uno observa maniobras poco inteligibles desde un punto de vista programático, como la alianza entre Ciudadanos, PSOE y Podemos en la Región de Murcia o la potencial alianza entre Ciudadanos, PSOE, Más Madrid y Podemos en la CAM, la pregunta que inevitablemente se formula es qué programa político pretenden aplicar tales partidos y en qué se diferencia éste del que tenían en vigor PP y Ciudadanos estando en el gobierno. ¿Desean subir o bajar impuestos? ¿Bonificar Patrimonio o incrementarlo? ¿Eximir el pago en Sucesiones o agravarlo? ¿Aumentar o reducir el gasto? ¿Incrementar o reducir los subsidios a asociaciones ideológicas afines? ¿Endeudar o desendeudar a los ciudadanos? ¿Dar mayor libertad de elección a los padres en la educación de sus hijos o limitarla todavía más? ¿Facilitar la apertura de nuevas universidades privadas u obstruirla para defender el obsoleto monopolio de la pública? ¿Posibilitar la libre elección de centro sanitario o predeterminarlo administrativamente sin dar voz al paciente? ¿Ampliar o restringir la libertad de horarios comerciales? ¿Liberalizar el suelo para facilitar la construcción de nuevas viviendas o seguir limitándolo para que los precios inmobiliarios sigan subiendo? ¿Defender la libertad en el mercado de los alquileres o establecer controles sobre los mismos aun cuando puedan seguir deteriorando y disminuyendo la oferta de vivienda? ¿Facilitar la creación y el establecimiento de nuevas empresas en la región o ahuyentarlas con el pretexto de que la iniciativa pública las reemplazará? En definitiva, éstas son las cuestiones que deberían ser resueltas y acordadas antes de proceder a un reparto de sillones, porque la acción de gobierno, y de los acuerdos parlamentarios, debería estar fundamentada en eso. Y cabe suponer, de hecho, que la visión que Ciudadanos y Podemos (o Ciudadanos y Más Madrid, en el caso de la CAM) serán diametralmente opuestas en la inmensa mayoría de estas cuestiones y que, en consecuencia, no debería caber ninguna alianza ideológica que sustentara un gobierno estable. Pero como la política, tal como hemos establecido al inicio, no tiene que ver tanto con la promoción de unas ideas determinadas cuanto con el reparto del poder, termina generando extraños compañeros, no ya de cama, sino de sillón.