Opinión

El dúo Illa-Gabilondo

No le pega a Illa hacer el papel de Mr. Hyde para dejar a Gabilondo el del Dr. Jekyll

Por contraste con la imagen de Illa en Cataluña, donde aparece como el único candidato serio y solvente con posibilidades reales –aunque limitadas– a la presidencia frente al tridente de Puigdemont, Junqueras y la CUP, aderezado por los comunes de Colau e Iglesias; su aterrizaje en la campaña de Madrid nos retrotrae a los tiempos de su emparejamiento con Don Simón, un dúo tan poco «dinámico» como riguroso.

Si en el Parlament es duro en la crítica hacia los separatistas, pero envuelta siempre en el guante de seda de la mesura, el rigor y el respeto; en Madrid reservan ese papel para Gabilondo –soso, serio y formal– asumiendo él el rol del malo, que no se ajusta a su auténtico perfil. Lo cierto es que el dúo Gabilondo-Illa puede ser un somnífero eficaz para curar el insomnio que Sánchez y su socio provocan, aunque ahora convivan en habitaciones separadas.

Pero pretender hacer la competencia al candidato Iglesias, mutado nuevamente en agitador del 15-M, no resulta creíble a estas alturas. No le pega a Illa hacer el papel de Mr. Hyde para dejar a Gabilondo el del Dr. Jekyll, enfrentado a «Madrit» para hacer méritos en Barcelona, y convirtiendo a Ayuso en la Agustina de Aragón frente al invasor catalanista, que no francés. Al final todo queda en un «postureo» que pierde aquí y allí.

Si el pronóstico se confirma y Ayuso arrasa el 4-M, ratificará el fracaso de la estrategia monclovita que comenzó en Murcia, y habría «quemado» una posible alternativa en Cataluña.