Economía
España, capital digital del sur de Europa
«Lograr que España sea un polo de atracción de datos no es una utopía»
Siendo la economía actual cada día más digital los centros de procesos de datos se convierten en una de las partes más críticas, junto a las telecomunicaciones y los servicios cloud. Son los nodos donde empresas, usuarios y servicios se interrelacionan. Cada una de nuestras acciones online pasa por uno o más de dichos centros de procesamiento donde todo se conecta.
Como resultado de esa cantidad de datos que se generan, procesan y transmiten se necesita mayor capacidad de computación y almacenamiento, y las empresas migran sus equipos a centros de procesos de datos profesionales. Gracias a esta estrategia, se aumenta la eficiencia energética, ya que tales centros tienen mayor capacidad para gestionar un consumo eficiente de los recursos eléctricos y de refrigeración.
España presenta una gran fortaleza en infraestructuras de conectividad, teniendo el 80,4% de la población acceso a la red de fibra óptica, esperándose que para el año 2025 toda la población española tenga una conexión de al menos 100 megabits por segundo. Por ello hemos podido teletrabajar en esta pandemia en condiciones muy satisfactorias. Y hace que España pueda convertirse en un hub digital de datos, tanto para las infraestructuras que los albergan como para su conectividad, siendo Madrid punto esencial de concentración de esta actividad.
Lograr que España sea un polo de atracción de datos no es una utopía. Tenemos buena infraestructura de conectividad, y la red de fibra óptica más extensa de Europa, que en el mundo rural da acceso al 50% de la población. Por todo ello tenemos una gran oportunidad para poder facilitar que los centros de datos se puedan establecer en cualquier parte del territorio español. Aún estamos lejos de ser un país líder en dichos centros ya que hay más de 4.700 en el mundo. España está en la sexta posición en Europa, con más de 60 centros, pero lejos de los 300 en Reino Unido o los 150 de Francia, por lo que existen grandes oportunidades de crecimiento
Madrid tiene a su favor para concentrar el mercado de centros de procesamiento de datos su posición geográfica en el centro de la península, puerta de entrada a África y América. Además tenemos cada vez un mayor número de cables submarinos que confluyen en Madrid desde las distintas costas y donde se interconectan con los «data center».
Es relevante que el 33% de los fondos europeos, que llegarán en los próximos meses, se van a dedicar al mundo digital, muy por encima de la media europea que es del 20%. Estos fondos deberían tener un impacto directo en centros de procesamiento de datos sostenibles, ya que la energía es un factor diferenciador a la hora de elegir su ubicación.
En sus aspiraciones para convertirse en el gran hub digital del sur de Europa, Madrid pugna con ciudades como Marsella y Palermo, con una situación excepcional, estabilidad y salida al mar. En el norte de Europa, los grandes centros de datos se han establecido en Fráncfort, Londres, París y Amsterdam
Madrid tiene a su favor la elección, por parte de los grandes hiperescaladores de cloud, Google, Microsoft y Amazon, de desplegar infraestructuras digitales en el centro peninsular; además será el punto de interconexión de las redes de cables submarinos que van a conectar España con Estados Unidos, Grace Hopper de Google y el continente africano, 2Africa. Y debemos añadir el aumento de la capacidad de los proveedores de infraestructura digital con la entrada de nuevos jugadores de «colocation hosting» como Data4, o la construcción de nuevos centros de datos por parte de los ya consolidados, como Interxion. Además el Brexit está provocando traslados desde Londres de importantes proyectos de infraestructura digital, como el del centro de respaldo de monitorización del sistema de seguridad de Galileo, antes ubicado en Reino Unido, que vendrá en los próximos meses a instalaciones del INTA, Instituto Nacional de Técnica Aeroespacial.
A esta tormenta perfecta se ha unido, además, en el último año, la pandemia, con el consiguiente impulso inusitado de la actividad digital y un cambio hacia un modelo laboral más abierto basado en el teletrabajo, el trabajo híbrido y la multiplicación exponencial de productos y servicios digitales que ceban la inversión tecnológica.
Las inversiones en centros de procesos de datos tienen un impacto en el PIB de al menos nueve euros por cada euro invertido. Por ello, es vital intensificar la colaboración público-privada, uniendo esfuerzos con las empresas para impulsar la inversión y las infraestructuras de la economía digital, creando en España un ecosistema tecnológico líder en el sur de Europa.
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