Indulto
Mohandas Karamchand, Mohatma Sánchez, el concorde
Verán, Sanchez, igual que yo, nació en la época dorada del avión menos social comunista, el Concorde, el avión puntiagudo y elitista de Alexis Colby y Kristle Carrington
¿Han leído la tribuna de Sanchez en EL PAÍS donde justificando los indultos, se indulta a sí mismo? No sé qué es peor, si cuando utiliza mil veces la palabra concordia o cuando varía y emplea otras fórmulas con idéntico tufillo sentimentalista como rencuentro, gracia, senda… ¿Cómo puede utilizar la palabra senda_ sin ser obispo_ y no caerse muerto en ese mismo momento? Lo digo, desde el cariño a Sánchez, o al que lo haya escrito. Michael Landon, Autopista (digo… ¡Senda!) hacia el cielo…
A mí no me indigna que Sánchez indulte o deje de indultar, como no me indigna nada de lo que ha hecho o dicho porque indignarse más allá de los 5 años de edad es una posición muy comprometida para una persona inteligente, y porque con el artero buenismo de este hombre ya nos pinchan y no sangramos. Ahora, puestos a escoger y en honor a la estética y a la salud mental, yo prefiero su lado malote y chungo que cuando echa mano de la más grosera y manipulativa cursilería y pone cara (y voz) de monjita recién comulgada, oralmente o por escrito: Mohandas Karamchand, Mohatma Sanchez y Pedro Mandela, el concorde.
Verán, Sanchez, igual que yo, nació en la época dorada del avión menos social comunista, el Concorde, el avión puntiagudo y elitista de Alexis Colby y Kristle Carrington ¿lo recuerdan? Podía llegar a los destinos en la mitad de tiempo que un avión convencional debido a su velocidad supersónica. Hoy recordamos el Concorde como un icono de la aviación, pero también, por el grave accidente que protagonizó en el 2000.
Los suegros de mi hermana me cuentan que viajaron mucho en el Concorde y que era aterrador, como viajar en un avión de papel donde todos los objetos eran de una levedad imposible para restar peso y no oponer resistencia a la magnífica velocidad. Cogías un cuchillo y no se podía untar la mantequilla. Te abrochabas el cinturón y parecía de chocolate. También dicen que era divertida la ruta París-Washington, donde siempre coincidían con celebridades de la época como Liz Taylor, que para contrarrestar la ansiedad del avión pasaba las 4 horas y media del trayecto bebiendo un whisky tras otro y haciendo eses hacia el baño.
¿Creen que los indultos significarán el accidente definitivo en la carrera política de Sanchez, el Concorde? En su Tribuna autoindulgente y autoindultante (“El espíritu constitucional”) lo primero que hay que analizar es lo más hermoso, el título: porque utilizar en pleno siglo XXI “espíritu” en un titular, fuera del mundo del humor, de la literatura y de la fe, solo puede significar que se lanza desde la megalomanía, la manipulación, e incluso la ingenuidad más pronunciadas, o las tres a la vez.
“La constitucionalidad de los indultos va más allá del articulado de la Constitución, nos lleva a su esencia misma. La Ley Fundamental de 1978 fue una expresión de concordia entre los españoles, y así fue conocida en su momento, como la Constitución de la Concordia. Y Concordia significa, literalmente, con corazón.” Y continua “Nuestras razones, nuestros argumentos, no son otros que la utilidad pública de esta medida de gracia "
Y después, todo es repetir lo de la concordia en su texto… Por cierto, la palabra gracia, ¡GRACIA! en boca de Sánchez… el presidente más narciso de cuantos se han paseado por la Moncloa, es como cuando Calígula hablaba de sí mismo en tercera persona_ Sanchez pasará a la posteridad, no por el dramita de los indultos, ni por su comité de espectros, ni por sus incontables faltas a la verdad, sino como uno de los políticos más vanidosos y al mismo tiempo chapuceros de la historia. Apuesto a que le encantaría proclamarse Dios, como hizo Calígula... Y como Dios, habla de su “gracia” y de “transformar la vida de las personas”…
En cuanto a los aspectos formales del texto presidencial, un coñacito: “Para los catalanes y las catalanas, por supuesto, pero también para el conjunto de todos los españoles y las españolas…”
“la pandemia nos ha transformado, ha reordenado nuestras prioridades, nuestra vida y ha señalado la relevancia de nuestra vida compartida, de nuestra vida común, de cómo nos necesitamos unos a otros.”
Pero, ¡qué les voy a contar que no sepan del cinismo en la política!.. Y más concordia, pluralidad, espíritu, reencuentro, diálogo, transformación, gracia… ¡sendas! En opinión de Sanchez, necesitamos “Concordia”, “pluralidad”, “espíritu”, “reencuentro”, “diálogo”, “transformación”, “gracia” y… “¡sendas!”, bienes que no alcanzaríamos sin la magnánima acción redentora que gobierna España por necesidad, la de Sanchez, el Concorde.
A principios del milenio la marca Concorde fue retirada definitivamente por su escasa rentabilidad y porque básicamente no era necesario. Por lo demás, Señor presidente, presidente gracioso, presidente concorde, espiritual, sentimental, su deuda política le hace necesitar a Bildu y ERC, pero España, o, ja ja ja, el conjunto de los españoles y las españolas, de catalanas y catalanes, no le necesitamos.
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