«Quien no te conozca, que te compre»

Para confiar en una persona es preciso conocerla con sus virtudes y defectos y, al tratarla, se hace previsible. El escritor y político español Juan Valera, uno de los grandes prosistas del siglo XIX, lo describió magníficamente en una obra cuyo título se ha convertido en toda una sentencia popular: «Quien no te conozca, que te compre».

En una democracia existe un vínculo afectivo tácito, de confianza, entre el gobernante y los gobernados, entre el líder y los que le votan y le siguen. Hasta ahora, confiar en Pedro Sánchez resultaba muy difícil debido a la acreditada volatilidad de la palabra dada por su parte y de sus mismos principios… Pero tras su última crisis de Gobierno, él mismo se ha convertido en un arcano para los suyos.

Nuevo Gobierno, pero más joven y feminista. La vida laboral se alarga por mor de nuestra creciente esperanza de vida –situada a la cabeza del mundo sólo superados por Japón–, lo cual exige reformar el sistema de pensiones para garantizar sea sostenible, pero Pedro Sánchez da un curioso ejemplo presumiendo de que su Gobierno es cinco años más joven que el anterior. Los españoles más longevos y con más años trabajados para tener pensión, y el «mérito» que alega Sánchez es la juventud en sus nuevos ministros, además del «género». La experiencia ya no es un valor.

Reagan, Roosevelt, Eisenhower, Adenauer, De Gaulle, Biden y Merkel tendrían poco futuro con Pedro Sánchez para ser sus ministros. Ninguno era joven, y solo había una mujer.

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