Opinión

Una ideología «no binaria»

«Parece lógico que alguien “no binario” no compita en un deporte binario»

La llamada ideología de género LGTBI –y añádanle cuantas letras deseen–está establecida como un auténtico dogma político, pues es la única que no puede ser criticada, bajo amenaza de aplicación del Código Penal por delito de odio y ser condenado por homófobo, además de ser sometido al exilio social y político del perímetro de la «corrección política».

Entre otras sandeces, establece que los humanos no son «binarios»; es decir, que no se dividen en dos sexos, sino en tantos como quiera cada uno en función de su sentimiento y orientación sexual. Como oponerse a la naturaleza y a sus leyes conlleva la irracionalidad y el absurdo, la experiencia de su aplicación aporta continuos ejemplos que lo acreditan. El último y más reciente lo tenemos en los recién celebrados JJ OO de Tokyo, donde una persona autodefinida públicamente como «trans», acaba de recibir la medalla de oro en fútbol femenino. Parece lógico que alguien «no binario» no compita en un deporte binario, como es el caso, y así sean coherentes en su ideología.

De este modo, en el deporte y en todas sus especialidades y disciplinas no debe haber sólo dos categorías, sino tantas como letras tiene esa irracional, antinatural y perversa ideología. Fútbol, natación, atletismo, karate, etc. no solo han de ser masculino y femenino, sino bisexual, gay, lesbiano, trans, inter…

Y esa lógica aplíquese a toda actividad social y profesional. Después de ello, establézcanse en un mundo, munda o munde ad hoc y déjennos en paz a los «binarios».