Independentismo

La paradoja del gasolinero

Petrolis ha acumulado un apreciable saldo negativo en su cuenta de explotación y ha tenido que enfrentarse a una crisis de liquidez que habría sido insalvable si no fuera porque el ICO estaba al quite

A Joan Canadell, que en enero pasado dejó la presidencia de la Cámara de Comercio de Barcelona por la política, sus convicciones separatistas le llevaron hace siete años a fundar «Petrolis Independents», una sociedad en cuyo rótulo se exhibe la estelada de los nacionalistas radicales de Cataluña. El nombre es pomposo porque esta empresa se dedica a explotar una decena de gasolineras de eso que suelen llamar «low cost» y que consiste en que tú te lo montas en plan autoservicio para que el empresario se ahorre los salarios de los currantes. Nadie piense que estamos ante la resucitación de «Sabadell y Henry», la vieja refinería que se instaló en Cornellá hace más de un siglo y que acabó siendo absorbida por la Campsa. No, lo de Canadell es más modesto –la reventa de combustibles– aunque sus pretensiones sean más bien grandiosas pues, según declara, con sus Petrolis busca lograr «el objetivo de que Cataluña consiga la independencia para construir un país con un alto bienestar social». Y de esta manera, además, los catalanes podrán abastecerse sin entrar «en una gasolinera de bandera española», de esas que se vinculan al «oligopolio petrolero», al que Canadell guarda una particular animadversión, pues le achaca que, durante la crisis del Covid, haya tenido que mantener abiertos sus establecimientos, perdiendo dinero mientras los de aquel seguían ganándolo. Lo que Canadell quería es hacer un ERTE, pero no le han dejado, de manera que ahí tiene a su docena de empleados cobrando la nómina religiosamente.

El caso es que Petrolis ha acumulado un apreciable saldo negativo en su cuenta de explotación y ha tenido que enfrentarse a una crisis de liquidez que habría sido insalvable si no fuera porque el ICO estaba al quite para ofrecer avales sin demasiadas exigencias. A la empresa de Canadell le han caído 200.000 euros. Y no crean ustedes que está agradecido al estado español por su política, pues se ha preocupado en dejar claro que sólo paga sus impuestos a la Agencia Tributaria de Cataluña. He aquí la paradoja del gasolinero. Algunos políticos debieran aprender de ella.