Política

Reforma laboral, baza electoral

La izquierda tiene toda su potencia de tiro con epicentro en la Moncloa preparada para llegar a las próximas citas con las urnas en las mejores condiciones

El reciente 40 congreso del PSOE pretendió sacar algún que otro conejo de la chistera que finalmente se quedó en simple gazapo, aunque tal vez no acabe siendo el caso del guiño mostrado por Sánchez a los sindicatos y a Yolanda Díaz a propósito de la derogación de la reforma laboral. Mas tufo preelectoral si cabe. La candidata in pectore del espacio político que pretende ahormarse a la izquierda del PSOE, a la sazón vicepresidenta y ministra de Trabajo no va renunciar de ninguna de las maneras a la creación de un nuevo marco de legislación laboral o si prefieren a la «reforma de la reforma», lo que ha venido siendo su principal promesa desde la llegada del nuevo gobierno de coalición y al mismo tiempo primera baza preelectoral de cara a próximas citas con las urnas, máxime en un momento en el que se necesita como respirar dar la vuelta a las encuestas hoy claramente favorables al PP e incluso a una mayoría parlamentaria de las formaciones de derecha. Para eso tienen el BOE tanto el PSOE de Sánchez como el Podemos…o lo que acabe siendo de Yolanda Díaz con permiso de Belarra y de Montero.

Díaz está empeñada en sacar adelante su particular reforma laboral antes de fin de año, aun a costa de enterrar una legislación cuyos buenos resultados se han demostrado durante los últimos años en lo relativo a la creación de empleo y contraviniendo a una Unión Europea que mira expectante y no sin inquietud lo que acabe ocurriendo con una de las cosas que mejor han venido funcionando en nuestro país. Puede que ni siquiera se espere a la patronal para llevar a cabo la hoja de ruta, como tampoco se contó con la CEOE a la hora de subir el salario mínimo y es que la propaganda preelectoral y el populismo bien valen una ruptura entre agentes sociales. La izquierda tiene ya toda su potencia de tiro con epicentro en la Moncloa preparada para llegar a las próximas citas con las urnas en las mejores condiciones posibles y eso pasa por cerrar acuerdos como el probablemente inconstitucional ataque a la propiedad privada que alberga la nueva ley de vivienda, clave en el compromiso para los presupuestos.

El camino de supervivencia que ya señala el gobierno contrasta con los ejercicios de «responsabilidad» quizás poco medida en el PP teniendo en cuenta su condición de oposición. Tal vez por ello resultaran más chocantes hace unos días las palabras de Rajoy a Casado recordándole que será a él a quien le toque afrontar duras e impopulares reformas cuando llegue a la Moncloa…algunas inconveniencias estratégicas solo pueden proceder de jarrones chinos.