Economía

Warren Sánchez: tres en humo

Un gran amigo de los contribuyentes. Todo falso, claro, porque el Gobierno ya ha subido los impuestos

Warren Sánchez, el hombre que tiene todas las respuestas, es capaz de recurrir a todos los trucos de la propaganda para lograr que le compremos humo. Daré tres ejemplos recientes.

El primero fue la alegría con la que el Gobierno y sus partidarios celebraron el acuerdo fiscal patrocinado por la OCDE, esa burocracia supuestamente liberal, para establecer un tipo mínimo del 15 % en el Impuesto de Sociedades. «El País» editorializó: «Hacia una mejor globalización: para una fiscalidad más justa. La pobre contribución tributaria de algunas grandes empresas dificulta la inversión en servicios sociales en muchos países. Se necesita un nuevo marco impositivo que asegure la cohesión social».

El periódico no decía ni una palabra sobre la incidencia fiscal, una noción familiar entre los economistas desde el siglo XVIII. La impresión que transmitía es que se iban a lograr unas metas estupendas y justas y que lo único que iba a suceder es que, digamos, Amazon iba a pagar más. Amazon. Y no usted, señora. Cuando usted y todos sabemos que no es verdad.

El segundo ejemplo, vinculado con el anterior, fue este titular: «Sánchez descarta tocar los impuestos también en 2022». Y cita estas palabras del propio Warren: «no vamos a abrir en el Presupuesto de 2022 una revisión del modelo fiscal. Primero queremos recuperar la economía, esa es nuestra prioridad». Warren solo piensa en ayudarnos, y jamás en subir los impuestos. De hecho, él «descarta» subirlos «también» el año próximo. Un gran amigo de los contribuyentes. Todo falso, claro, porque el Gobierno ya ha subido los impuestos y lo volverá a hacer, salvo, como digo, que creamos que los impuestos a las empresas solo los pagan las empresas, o que los impuestos a los plásticos los pagan los plásticos, y el de las bebidas refrescantes solamente lo paga la Coca-Cola.

Por fin, el tercer titular fue: «La mejora del empleo reabre el debate sobre subir el salario mínimo». La noticia era que Podemos quiere subirlo, pero el «ala socioliberal» del Gobierno no quiere: «de ninguna manera se puede poner en riesgo la creación de empleo y la recuperación económica», apuntaron fuentes del Ministerio de Economía. La vicepresidenta Díaz, en cambio, parece que apuesta por «la necesidad de evitar una recuperación desigual». La posibilidad de que todo sea humo para que todos queden bien no fue comentada.