Opinión

Objetivo mundial: borrar la civilización cristiana

El quinto aniversario del trágico atentado terrorista islámico que ha pasado a la historia reciente como el del 17-A, y que pudo ser una tragedia todavía mucho mayor de la que ya fue de haber conseguido sus autores materializar el propósito originario, vuelve a poner de actualidad la amenaza de un terrorismo al servicio de un proyecto que no puede ni debe ser ignorado en aras de un buenismo tan irresponsable como peligroso.

No es voluntad de este artículo profundizar en la vigencia de la lucha contra este terrorismo internacional, sino en el objetivo último de quienes promueven una islamización de Europa por unos métodos en apariencia no violentos, pero no por ello menos inquietantes por la carencia de toma de conciencia de su existencia y por lo mismo, de la inexistencia de mecanismos efectivos de autodefensa frente a esa amenaza. Nada es casual, y en política nunca, y por ello el ataque a Francia, reconocida como la «hija primogénita de la Iglesia» por los Pontífices por la conversión de los galos al cristianismo con el bautismo de su Rey Clodoveo, es particularmente agresivo.

El atentado contra la revista satírica Charlie Hebdo de enero de 2015, fue el inicio de una sucesión terrible de ellos que en noviembre de ese mismo año tuvo en la discoteca Bataclan su momento culminante –que no último– pese a fracasar su inicio en el Stade de France. El incendio de Notre Dame de París –epicentro de la antigua Cristiandad–, calificado de «accidente» desde el primer momento por las autoridades, hipótesis muy discutible y cuestionada por no pocos especialistas, y la reiterada quema de iglesias y asesinato de clérigos católicos son la terrible punta de un iceberg muy profundo del problema.

Por tratarse de un referente de solvencia y autoridad en la materia y mantener plenamente su actualidad, es oportuno recordar las declaraciones del ex JEMAD de Francia, general Pierre de Villiers –dimisionario por discrepancias con Macron– tras el atentado de Niza de 2020 en el que fueron asesinados varios sacerdotes: «El objetivo islamista es borrar la civilización cristiana, y los católicos son quienes la encarnan». La personalidad del general de Villiers, originario de la Vendée y hermano de Philippe, reconocido pensador y político católico fundador del parque temático Puy du Fou, son un aval incontestable de ese diagnóstico.

Al tiempo, las persecuciones del régimen dictatorial comunista de Ortega en Nicaragua contra los católicos, y los asesinatos del crimen organizado en México, ponen de manifiesto que la civilización cristiana es el común enemigo a batir por los diversos hijos de Satanás. En todo el mundo.