Opinión
«Pisar las calles de España», de la mano de Bildu y ERC
Desde las primeras elecciones municipales de 3 de abril de 1979, el vencedor de éstas siempre ha coincidido con el vencedor de las siguientes elecciones generales
Con el retorno a la actividad política ordinaria tras la breve pausa estival, la brújula apunta necesariamente hacia el denso y limitado plazo máximo de 15 meses y seis días que resta hasta el final de la legislatura. La actual es la XIV constitucional, que comenzó su andadura el 3 de diciembre de 2019 con la Constitución de las Cortes Generales –Congreso y Senado– surgidas de las elecciones generales de 10 de noviembre, repetición de las del precedente 28 de abril del mismo año. Si ese plazo de apenas algo más de un año es limitado para culminar la carrera electoral que hay por delante, aún mucho más cercana resulta la muy importante etapa hasta el 28 de mayo con elecciones municipales y autonómicas.
Desde las primeras elecciones municipales de 3 de abril de 1979, el vencedor de éstas siempre ha coincidido con el vencedor de las siguientes elecciones generales. Por ello, el actual curso político de nueve meses hasta esas municipales, alumbrará al más que previsible vencedor de las posteriores generales, y pone en «modo electoral» a Sánchez, con su Gobierno y su partido, y por supuesto a la oposición. Él confía en su agenda internacional del segundo semestre del próximo año con la presidencia semestral «pro tempore» de la UE que le corresponde por turno rotatorio a España, para relanzar mediáticamente su persona como candidato a la reelección, y ya se ha anunciado su voluntad de «pisar la calle» para conseguir proximidad con la gente.
En ese sentido se interpreta su actual gira hispanoamericana, incluida su proclamación como «presidente de la república de España» reiterada por Petro y acogida con una complaciente sonrisa y no desmentida por él. Ya se anuncia otra gira por la zona, aunque no consta que por las calles de Tegucigalpa vaya a ganar muchos votos para sus candidatos a los ayuntamientos y autonomías. Por mucho marketing electoral que se adopte hay una realidad que se impone como una pesada losa sobre las aspiraciones de ellos, que no ven su apoyo con particular entusiasmo. Los hombros de Bildu y ERC son sobre los que camina Sánchez, no acaban de convencer a una mayoría de españoles que no ven que esos compañeros de viaje sean los idóneos para gobernar España a la que esos socios no tienen en especial estima. «Modificar la cara importa, que el espejo no hay porqué», y su cara ya la conocen bien los españoles tras varios años de estancia suya en La Moncloa con esos apoyos. Con ellos no mucho éxito tienen sus paseos espontáneos por las calles de España.
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