Irene Montero

«No solo de pan vive el hombre»

La ofensiva del «feminismo» abortista del Gobierno y que en su nombre lidera la ministra Irene Montero, parece traer causa de la reciente derogación por la Corte Suprema estadounidense de la sentencia Rose vs Wade vigente desde 1973 que consideró que el aborto era un derecho implícitamente reconocido en su Constitución. La polémica política en torno a la renovación del CGPJ con su singular reforma para posibilitar que designe a los dos vocales que le corresponde y que permita al Tribunal Constitucional disponer de una mayoría «progresista», debe interpretarse a la luz de esa realidad. El PP recurrió hace ya más de 11 años la ley del aborto a plazos que aprobó el gobierno socialista del momento, cambiando la anterior que databa de 1985. Con mayoría absoluta del PP en ambas Cámaras no se derogó dicha ley y el TC con mayoría «conservadora» tampoco se pronunció sobre el recurso. Ahora, todo apunta a que en la recta final de la legislatura y con esa sobrevenida mayoría, tengamos la versión autóctona renacida de la derogada Roe vs Wade. Es consecuencia de una praxis empíricamente comprobada, según la cual parecería que el PP tiene por misión sanear la economía que previamente destrozan los gobiernos socialistas en un presunto reparto de papeles según el cual estos, irían mientras transformando la sociedad. La manera de impedirlo es plantear con decisión el necesario debate ideológico y cultural que la actual situación política hace ya inaplazable, para no resignarse a la cultura woke gubernamental. Que un gobierno de una composición literalmente frente populista –con los mismos partidos del precedente republicano– de desdichado recuerdo en España, se atreva a imponer leyes de «memoria democrática», lo resume y compendia todo. Ciertamente «primum vivere», pero no es menos cierto que «no sólo de pan vive el hombre», como dice el refrán, y necesario y prioritario es la economía, pero sin excluir la necesaria derogación de no poca legislación emanada del actual gobierno. El caso de Ayuso en Madrid es emblemático ejemplo al respecto, con una acción de gobierno que, confrontando directamente con el sanchismo político, obtuvo una gran victoria que jubiló anticipadamente a Pablo Iglesias y relegó a la FSM a una mera tercera posición en la Asamblea de Madrid. También lo es y no menor, el éxito de Juanma Moreno en Andalucía, anterior histórico feudo socialista, por lo que una síntesis de ambos proyectos, aparece como el que con Feijóo al frente, es el idóneo para el cambio que España necesita imperiosamente. Un cambio tranquilo, pero real y profundo.