Opinión
Los bloqueos de Sánchez con su trágala del «NO es NO»
Es realmente descorazonador que en unos tiempos como los actuales, donde los acontecimientos graves se suceden, creando una situación de inseguridad e inestabilidad generales no conocidas desde hace décadas, –y que aconsejan la búsqueda de grandes acuerdos transversales entre los partidos–, el diálogo y la negociación entre gobierno y oposición para esa concertación sea inexistente. La única Mesa de encuentro que existe es la del «diálogo» entre el gobierno y ERC lo que no hace necesarias más disquisiciones acerca de quién tiene la mayor responsabilidad del clima de crispación que hemos podido acreditar nuevamente en el debate del Senado entre Sánchez y Feijóo. Que en ese foro, convocado para debatir sobre la energía y las consecuencias que la guerra está creando sobre su abastecimiento y los precios , etc , el presidente del Gobierno ejerza durante más de 1 hora de «oposición de la oposición» calificando reiteradamente al jefe de la oposición parlamentaria de « insolvente o de mala fe», refleja en qué manos estamos.
Estuvo acertado Feijóo al replicarle que para ejercer ese papel de opositor solo tenía que esperar unos meses, los necesarios para que los españoles con su voto le desalojaran de la Moncloa. Está segunda parte del debate, en realidad una interminable retahíla de ataques y descalificaciones de Sánchez hacia su oponente, le descalifica como un auténtico jefe de gobierno cuya función principal consiste principalmente en la defensa del interés general de España y promover el bien común de los españoles. Su biografía política desde que accedió a la Secretaría General de su partido en 2014 se resume en la frase «No es No… ¿qué parte del No no ha entendido señor Rajoy?» que denota su nivel de intransigencia institucional. Fue tanta que resultó incluso inaceptable para su partido, que abocado a una tercera convocatoria electoral para que pudiera formar gobierno el reiterado ganador, optó por desalojarle de la Secretaría General. No debe extrañar por tanto que su acceso a la condición de candidato haya traído la repetición de elecciones –desconocida hasta ese momento– en cada una de las convocatorias a las que ha concurrido tanto desde la oposición en 2015 como desde el gobierno en 2019. Ahora su intolerancia se manifiesta con ocasión de la renovación del CGPJ con un bloqueo que no tiene precedentes en nuestra reciente historia constitucional. Dados los antecedentes de bloqueo institucional para investir como presidente al vencedor de las elecciones generales como siempre había sucedido hasta su llegada, ¿quién puede dudar acerca de quién es el responsable principal de ese nuevo bloqueo?: Sánchez, el del trágala del NO es NO.
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