Opinión
Amenaza nuclear: lecciones de la Historia
Hace 60 años, en octubre de 1962, el mundo estuvo al borde de una guerra nuclear entre EEUU y la URSS, en una crisis que ha pasado a la historia como la de «los misiles de Cuba». Es oportuno recordarla ante la actual situación en Ucrania, que amenaza con un panorama límite similar, ahora entre Rusia y Estados Unidos, y más propiamente entre una estrategia geopolítica unipolar y una multipolar. En un bloque estarían los estadounidenses liderando Occidente, y en el otro China y Rusia al frente de no pocos del resto y de los entonces denominados como «no alineados». En una exhaustiva investigación intitulada «Berlín, 1961» Frederic Kempe acreditado conocedor de la crisis, expone que los misiles nucleares que Kruschev instaló en la Cuba de Fidel Castro en 1962, fue un golpe de fuerza de Kruschev para forzar a Kennedy y sus aliados a retirarse de la zona occidental de la capital alemana, donde el año anterior había erigido el «Muro de Berlín», el símbolo de la guerra fría. La causa fue considerar que era «una úlcera» en la República Democrática de Alemania, situada en el corazón de su zona de influencia en la Europa Oriental. Un «error de cálculo» por parte de un soldado o de un mando militar demasiado celoso de su misión podían encender la mecha de una devastadora conflagración nuclear. Ahora Biden proclama que una guerra nuclear «no se puede declarar porque nunca se gana», respondiendo a Putin que ha dicho estar dispuesto a utilizar «toda la fuerza militar necesaria para ganar» lo que considera ya «una guerra declarada por EEUU», y no «una operación militar especial» como hasta ahora. En 1962 una situación como la actual, desaparecida la URSS y el Pacto de Varsovia –la homónima de la OTAN en el bloque comunista–, era política ficción.
Quien afirmara que además se produciría sin actividad militar y que los países de su esfera de influencia, desde las repúblicas Bálticas hasta Rumania, pasando por Polonia, Hungría, la ex Checoslovaquia, parte de la ex Yugoslavia…. formarían parte de la UE y la Alianza Atlántica, sería catalogado de desequilibrado mental directamente. Kennedy aguantó el pulso de Kruschev a cambio de garantizar que no volvería a intentar otra «bahía de Cochinos» en Cuba y de retirar los misiles de la OTAN en Turquía «en los riñones de la URSS». Para EEUU, eran una amenaza a su seguridad nacional los misiles en Cuba, y Kruschev pagó su derrota y fue destituido. Ahora rodean a Rusia con bases de la OTAN por su frontera europea tratándola como a un enemigo. «No hagas a los demás, lo que no aceptas para ti».
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