Partido Popular

Hay partido

El líder gallego que, aún en cabeza en las encuestas comienza a comprobar que esto no va de sentarse a la puerta de casa para ver pasar el cadáver político del enemigo

En tan solo un año y medio hemos contemplado, –en un verdadero y auténtico efecto montaña rusa solo propio de una política doméstica rayana en el desquicie– cómo la demoscopia le brindaba a la derecha la mayoría con el PP de Casado recuperando el papel de primera fuerza, para mostrarnos en el suspiro de los tres siguientes meses al PSOE nuevamente en cabeza y destacado, con los populares al borde de la atomización por obra y gracia de una fratricida guerra cainita que se cobró la cabeza de su líder y pasar nuevamente en unas cuantas semanas a reflejar el descontento real con el gobierno de Sánchez en la foto nada fija del llamado «efecto Feijoo» con el PP otra vez en cabeza, hasta finalizar a día de hoy –excluyamos por favor los sondeos de Tezanos– con un doble frenazo, de un lado a la caída del PSOE que parece haber recuperado el control de la nave y de otro a un aumento de las expectativas del líder gallego que, aún en cabeza en las encuestas comienza a comprobar que esto no va de sentarse a la puerta de casa para ver pasar el cadáver político del enemigo.

Núñez Feijoo ya sabe que hay partido y la parte buena de su descubrimiento es que se ha producido con el margen para reordenar filas que, paradójicamente va a concederle la voracidad de su principal oponente por perpetuarse en La Moncloa hasta el final de mandato, convencido también de que ese margen acabará concediéndole la remontada hacia otra merecida nueva oportunidad tras esta legislatura distorsionada por una pandemia y una guerra. Llegados en este punto, tal vez el líder popular haya reparado ya en que, desviarse de lo que mejor se maneja como es la economía y la gestión en tiempos de brutal crisis puede no ser una buena idea, como tampoco lo es enredarse en el cuerpo a cuerpo fiándose de la honestidad de un adversario herido como ha ocurrido en la negociación para la renovación judicial, cierto estrabismo frente a lo ocurrido en el asalto a la valla de Melilla donde ya pasta la extrema izquierda y sobre todo una cierta inanición ante el fuego cruzado de la izquierda contra su condición de alternativa, que demanda la misma determinación en la respuesta con los principales referentes autonómicos y nacionales del PP escoltando al presidente popular al mismo son de tambor y al mismo paso. Enfrente hay un BOE y mucho combustible público para alimentar maquinarias de propaganda. Hay partido.