Opinión

La crispación tiene un nombre

El Gobierno de Sánchez, que Alfredo Pérez Rubalcaba (q.e.p.d) bautizó con ingenio y acierto como «Frankenstein», ha hecho honor a su denominación generando en la sociedad española una crispación y tensión continuadas como no se conocían en las 12 legislaturas previas. El monstruo político Frankenstein –ahora ya «Sanchestein»– es una máquina engrasada para dividir y enfrentar a los españoles, con un presidente que se refiere al fundador de la Legión española como «un secuaz de un dictador» –afirmación más propia de un filoetarra que de quien ostenta su elevada responsabilidad– y que define a la infausta II República como «luminosa», para autocolocarse en la Historia por el heroico acto de exhumar los restos de Franco 47 años después de su muerte. La tensión que provoca su actuación se extiende como una mancha de aceite, generando situaciones como las vividas en el Congreso de los Diputados esta semana, también de nuevo con la ministra Irene Montero de protagonista estelar. La enajenación mental que provoca la aberrante ideología de género ha tomado forma en la Ley del «Solo sí es sí» excarcelando y reduciendo ya penas de más de 40 maltratadores y violadores, al tiempo que su impulsora acusa al PP nada menos que de «promover la cultura de la violación», lo que confirma la afirmación antedicha. Y no se ha quedado el Pleno ahí, por cuanto quien ejercía la presidencia ha retirado el uso de la palabra y la tribuna a una diputada de Vox por denominar «filoetarras» a los miembros de Bildu, con la consecuencia de que ese calificativo o similares se generalicen como respuesta al no menos utilizado de «fascista» desde el otro extremo ideológico, como se ha visto ya en las Cortes de Castilla y León, con el portavoz podemita en análoga situación que la citada diputada.

La enajenación derivada de la obsesión por el sexo de este Gobierno ha provocado que una empresa pastelera haya sido sancionada con 7.500€ por la Administración laboral por publicar una oferta de trabajo de «maestro pastelero», denominación inaceptable por discriminatoria hacia la mujer. No es aceptable para la dictadura del lenguaje inclusivo que el sanchismo impone que el diccionario de la RAE integre en el plural masculino a todos los individuos de la especie sin distinción de sexos. Un signo del estado de ánimo existente es que Javier Lambán, el socialista presidente autonómico de Aragón, diga que «a España le hubiera ido mejor sin Pedro Sánchez». Pero seamos claros: el PSOE es el cooperador necesario y corresponsable de lo que hay, y Sánchez va a enterrarlo con él. Y sus restos no serán exhumados.