Chic Too Chic
Chanel viste la noche con deportivas y corsés
Bajo el nombre de «Cambon Club», la colección de Alta Costura diseñada por Karl Lagerfeld para Chanel dice adiós a los tacones y viva a las zapatillas deportivas.
Partes de arriba cortas y estructuradas, sobre corsés que marcan y cubren la cintura, y faldas a la altura de la rodilla en un ligeramente apuntado trapecio, así se imagina Lagerfeld la próxima primavera-verano.
El director artístico de la «maison» considera que la cintura de avispa que defiende para la temporada estival sólo funciona si va acompañada de «sneakers». Completa el «look» con mallas cortas de ciclista, riñoneras, rodilleras y coderas, un auténtico resurgir de los noventa.
El «tweed», el blanco y el negro y las chaquetas de traje recordaron que Karl Lagerfeld tiene tan integrados los códigos de Chanel que puede soñar con nuevos mundos, sin perder un ápice de la identidad de la casa.
Una multitud de florecillas superpuestas sazonadas con Swarovski acarició un conjunto en blanco roto de falda larga, que no llegaba al tobillo, intercalado con un corsé negro.
A pesar de que los corsés alteraron la mayor parte de las siluetas presentadas, también hubo hueco para modelos holgados que tendieron a ser semitransparentes. Un vestido celeste con escote de palabra de honor se construyó a partir de un cóctel de tubo fluido al que se le añadió un suplemento hasta los pies, con cola incluida.
Las plumas despeinaron prendas voluminosas y originales, a la vez que rompieron la sintonía de colores pastel, al presentarse en negro o en metalizados.
En cuanto a los colores, predominio de una paleta muy clara refugiada en suaves rosas, verdes, celestes, lilas, «nude», beis o plata, que tendieron a presentarse irisados. No podían faltar tampoco los brocados, las entejuelas, las muselinas y los tules.
Rompió el hielo y puso el broche final Cara Delevingne que lució un vestido de novia: se deshizo del corsé... pero no de las zapatillas.
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