Cuaderno Africano

De familias de dictadores

La Razón
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Alemania ha ordenado congelar las cuentas bancarias de un hijo de Gadafi. Hablamos de unos dos millones de euros.

La organización anticorrupción "Global Witness"ha denunciado que "Teodorín"Obiang, el hijo del dictador guineano, ha encargado a unos astilleros alemanes la construcción en secreto de un yate de superlujo valorado en 288 millones de euros, informa Efe. Un barco con cine, restaurante, bar, piscina... Un barco que se suma a múltiples propiedades, a la mansión de Malibú, al avión privado, a los coches de lujo que gustan tanto a los hijos de papá...

Y, como critica Gavin Hayman, director de campañas de Global Witness, "hay pruebas de un nivel de corrupción de Teodorín que no sería posible si países como Alemania o Estados Unidos no fuesen lugares seguros para él y su discutible riqueza secreta".

Lugares seguros para él y tantos otros.

El caso de Leila Trabelsi, la mujer del depuesto Ben Alí, es uno de los más extremos. Tras "colocar"al clan familiar en puestos estratégicos durante años, no se marchó sin meterle antes mano a las arcas del Estado.

Un ejemplo que parece estar siguiendo Simone Gbagbo. Pese a que su marido se mantiene aferrado al poder, la llamada "Dama de sangre"ya estaría preparando la retirada con unos cuantos millones en Angola, donde el clan sería bien recibido.

Grace Mugabe, esposa del paranoico dictador de Zimbabue, es de sobra conocida en las tiendas de lujo de las principales capitales europeas. Y, a las críticas por su afición por la ropa y las joyas, se han sumado recientemente las salpicaduras de Wikileaks, que la involucran en un tráfico ilegal de diamantes.

Y eso sin hablar de aquellas que apuestan por la continuidad del poder, pensando que viven en un reino, como Viviane Wade, madre de Karim, el hijísimo del senegalés Abdoulaye Wade.

Pero, ya se sabe, la familia es la familia y hay que cuidarla.