El canto del cuco

Clamor contra la amnistía

Está a punto de incendiarse la calle. Los aspavientos interesados y las reacciones descompuestas en los círculos de tiza del poder sanchista confirman que están preocupados: se están quedando solos

Javier Cercas, catalán, escritor, analista político y declarado votante socialista, ha publicado un artículo contundente en «El País», el periódico más cercano al «sanchismo», en el que muestra su razonada oposición a la amnistía que exige Puigdemont para apoyar la investidura de Pedro Sánchez. Cercas no se lo puede creer. Piensa que esto no va a suceder por más que quieran envolver el regalo de la infamia en papel de seda y cintas de colores. Aún no ha perdido del todo la fe en el inquilino de La Moncloa. Por eso presenta su brillante argumentación con el concluyente título de que «no habrá amnistía». No es una opinión cualquiera. Tiene una notable proyección dentro y fuera de España. Para el autor de «Anatomía de un instante» no es concebible dejar impunes los desafueros de los líderes del «procés». Y aún confía en que el presidente dé la razón a sus votantes, como él, y demuestre a sus adversarios que «para él, como para cualquier político de verdad, es más importante el futuro de la democracia que el presente del poder». ¡Qué infeliz!

Dos días antes, en la misma tribuna privilegiada, Juan Luis Cebrián, fundador y primer director de este medio de comunicación y ahora una voz disonante, cuya trayectoria ideológica no es precisamente dudosa, publicaba, coincidiendo con la «Diada», otro llamativo artículo sobre el mismo tema, algo más airado, en el que advertía: «Si el Gobierno y el PSOE consuman la deslealtad a la Constitución que supone el olvido de los delitos del separatismo, este 11 de septiembre puede marcar el principio del fin de nuestra democracia». Palabras mayores, como se ve. Por lo que dice, por quién lo dice y por dónde lo dice. Cebrián es uno de los periodistas que ha seguido más de cerca y conoce mejor que la mayoría de los españoles los secretos de la Transición. Es destacable, en consecuencia, que advierta con tanto énfasis sobre los riesgos que está corriendo hoy España por la ambición desaforada de un hombre.

El clamor contra la amnistía crece de día en día. Cercas y Cebrián no son voces aisladas aunque sean significativas. Antes se han manifestado los históricos del PSOE encabezados por Felipe González y Alfonso Guerra. El expresidente José María Aznar ha pedido la movilización popular –¡basta ya!– contra semejante felonía. Es lo que piensa cualquier demócrata consciente de lo que está pasando. Está a punto de incendiarse la calle. Los aspavientos interesados y las reacciones descompuestas en los círculos de tiza del poder sanchista confirman que están preocupados: se están quedando solos.