Benedicto XVI
1497
«La licencia de vuestra casa y corte pone en escándalo y peligro a la Iglesia. El Rey mi señor sufre viendo profanadas las cosas sagradas, y ver al Papa con sus hijos públicamente cerca de sí, ocupado en sus placeres y olvidando a San Pedro. Por ello os suplico y requiero que reforméis vuestra persona y casa; y quitéis los escándalos públicos como es muy necesario que se haga». Estas palabras fueron las que dirigió el Gran Capitán, Gonzalo Fernandez de Córdoba, aquel mes de marzo de 1497, a Su Santidad el Papa Alejandro VI, aquel Papa que consiguió hacer de Roma y del Vaticano un burdel.
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