Gonzalo Alonso

EN SOLFA/ 2012, adiós

Una buena noticia: se acaba 2012. Una mala: llega 2013. 2012 ha sido el año de la crisis musical. Encontraron su tumba lírica teatros como Murcia o Jerez y vieron todos cómo se reducían sus presupuestos. La mayoría hasta un 50 por ciento mientras otros, cercanos al poder, tuvieron más suerte y se quedaron entre un 15 y un 30 por ciento. Lucharon como náufragos agarrados a una madera orquestas como la de Extremadura u organizaciones como las Juventudes Musicales de España. Anunciaron hallarse casi en precario, pero dispuestas a no perder calidad, instituciones como la Escuela Reina Sofía. Otras, como el Liceo o el Palau de les Arts, no tuvieron más remedio que anunciar ERE. Alguna, con menos escrúpulos, maquilló cifras de todo tipo para intentar mantener un tipo que ineludiblemente acabará por perder. Mal de muchos, consuelo de tontos: Alemania ha perdido la quinta parte de sus orquestas, la Ópera Real Danesa y otras cayeron heridas, cerró el museo de los Beatles en Hamburgo...

Se demostró que nada pueden hacer las leyes contra los «megauploadconspiradores» y que, pasado el tiempo, salen del turullo tan campantes como salió también el mecenas Alberto Vilar. Han sido numerosos quienes dejaron de ser presente para ser recuerdo: W. Henze, E. Carter, H. Breslin, M. Schalbé, H. H. Scott, V. Luchetti, F. Crass, E. Lear, P. Berglund, R. Gorr, G. Leonhardt, A. Weissenberg, M. André, C. Williams, P. Petrobelli, D. Fischer-Dieskau, P.Bellugi, B. Engerer, R. Ricci, C. Lardé, L. della Casa, G. Vishnevskaya, R. Shankar, J.C. Calderón, W. Huston, C.Vargas, L.Dalla ... Pasaron a ser recuerdo vivo Joan Pons, el Cuarteto de Tokio o las Noches en Blanco. Josep Pons cumplió contrato en la OCNE, pero a José Luis Ocejo le obligaron a irse tras una vida dedicada al Festival de Santander, ciudad que dejó desierto su XVII Concurso de Piano, y la SGAE continuó su travesía del desierto. El Real no fue capaz de cosechar ni una sola mención en la VII edición de los Premios Líricos de la crítica. Por eso, y porque no comparto su actual gestión, dejo su Patronato después de 17 años. De nada de esto tuvo la culpa el IVA, pero su disparatada subida hizo flaco favor en estos tiempos dominados por una Merkel a la que, en Bayreuth, un tatuaje nazi estuvo a punto de sacar los colores con los que pinta a los cerdos periféricos.

No todo fue malo: Lang Lang firmó con Telefónica anticipando la eternamente prometida Ley de Mecenazgo Arteta logró cantar en el Real, y hasta pudimos conocer las tres sinfonías de Bretón. R.I.P. por 2012 y ánimo ante 2013.