Julián García Candau
2013, vida nueva
La ley del silencio de los jugadores del Madrid, al menos de momento, ha sido abolida. La mordaza impuesta por Mourinho a sus futbolistas ha sido arrumbada. Para empezar el año han comparecido ante los medios informativos los pesos pesados del vestuario, Iker Casillas, Sergio Ramos y Cristiano Ronaldo. Por cierto que éste, al natural, dio la impresión de ser muy distinto al distante y ególatra que parece en los campos de fútbol. Si el permiso para hablar, otorgado por Florentino Pérez en contra de la manipulación mental que pretende su entrenador, va a servir para que los jugadores estén más cerca de los espectadores, por medio de las informaciones periodísticas, el club habrá ganado simpatías. Al tiempo, y ello no es desdeñable, la presencia de los futbolistas posibilita que existan imágenes en las que se ven los logos de las empresas patrocinadoras. El club necesita compensar a quienes le ayudan económicamente y una de las fórmulas es facilitar la aparición de las empresas en las imágenes de diarios y televisiones.
Florentino estaba en la obligación de poner orden. Los ucases del entrenador eran excesivos. Se le concedieron toda clase de prebendas y su autoritarismo se ha demostrado poco práctico. Mourinho ha ido dejando demasiados muertos por el camino. Su desdén ha sido permanente. A los medios informativos les ha meado en la pechera más de una vez. Las apariciones de Karanka han sido desprecios. Los futbolistas van a recuperar el auténtico espíritu del club, más proclive a la buena educación que a la bronca permanente.
Posdata. Conversar con los jugadores posibilita hablar de fútbol.
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