Rosetta Forner

Adiós cigüeña

Adiós cigüeña
Adiós cigüeñalarazon

No existen enfermedades sino enfermos, verdad conocida desde hace miles de años. Por eso, no todas las «composiciones químicas» producen los mismos resultados. A la parte física hay que añadirle la psicológica, lo cual nos da lo psicosomático. La píldora no ha librado a la mujer de la maternidad, aunque en principio supuso el «poder elegir cuándo ser madre o incluso el no serlo». No todas las mujeres quieren ser madres. No todas han venido a ser «aeropuertos humanos». Por eso, estoy convencida de que puede más la mente-alma que el condicionamiento social. Nuestros cuerpos reflejan las ideas y creencias que tenemos acerca de todos y cada uno de los temas de nuestra vida: los antiguos galenos preguntaban a sus pacientes por su vida cotidiana, pues en ella estaban las claves de su «enfermedad» y del cómo restablecer la salud. La medicina alopática es química, trata las enfermedades sin ocuparse de la psique del individuo. Tomarse una pastilla es un remedio fácil al que nos hemos acostumbrado. Sin embargo, los efectos secundarios pueden ser nefastos. La reflexión y la introspección interior son muy beneficiosas para nuestra salud. Un alma no escoge a otra como madre por casualidad, sino por «karma», es decir, en base a los lazos existentes entre ambas almas. Consecuentemente, la maternidad es una bendición pues permite la reconexión y el equilibrio de destinos. Si un trombo se forma con la sangre, quizá deberíamos reflexionar acerca de nuestro concepto de la vida y del como la vivimos: si fluyendo con la voluntad del alma, o en contra de nosotros mismos, o sea, atascándonos. Menos química, más amor y más ver «lavidaenRosetta».