Toni Bolaño
Alégrame el día
Oriol Pujol pedía a sus huestes en el Consell Nacional de la mañana del pasado sábado mucha calma ante la falta de acuerdo con ERC. La calma brilló ayer por su ausencia en la constitución del Parlament. Las caras de los dirigentes de CiU eran todo un poema. Reflejaban la angustia de la incertidumbre. Las conversaciones serán largas y, en el mejor de los casos, no se prevé nada más allá de un maltrecho acuerdo de mínimos.
No quiero ser agorero pero la calma que pide el secretario general de CDC me recuerda a un LP de un grupo gallego de punk-rock que triunfó a finales de los 80 y principios de los 90. Llevaba por título «Ante todo mucha calma». El grupo, por cierto, se llama Siniestro Total, todo un estigma si lo aplicamos a la política catalana. Para colmo, uno de los temas de este álbum tiene un cierto aire premonitorio de la encrucijada en la que se ha metido, ella solita, la coalición nacionalista. Se titula «¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos?». Las preguntas no son baladís.
Artur Mas no tiene más remedio que tener calma. Sólo recibe malas noticias. Los empresarios están que se suben por las paredes ante el posible pacto con ERC. La subida de impuestos que proponen los republicanos les tiene con la mosca tras la oreja. Las conversaciones siguen encalladas. Oriol Junqueras no tiene prisa y se ha sentado a esperar ver pasar «el cadáver de su enemigo». O sea, espera que Mas, vencido y desarmado acceda, a sus exigencias. Duran tampoco ayuda. El democristiano se hace de rogar y está dispuesto a vender caro su apoyo a un pacto con ERC del que huye como de la peste.
A perro flaco todo son pulgas y aparece la Ley de Murphy. Oriol Pujol, con diferentes líos judiciales en el horizonte, ha conocido esta semana que Ficosa planteará una regulación de empleo en la planta que compró a Sony. La operación se realizó con la mediación de la empresa de su esposa –según algunas informaciones con comisiones millonarias- garantizando los puestos de trabajo.
Todo en paquete no es el mejor escenario para Mas y Pujol. Aparte del ministro Wert, nadie les da buenas noticias. Siguiendo con Siniestro Total una canción, «Alégrame el día», les podría sonar a música celestial quizás esperando esa ansiada llamada de Jonqueras para decirles que ERC les garantiza gobernar. Aunque, eso sí, desde la inestabilidad.
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