Artur Mas «el empecinado»

Me aburre. Con todo el respeto a los catalanes, pero su presidente y los mariachis me aburren con tanto proyecto independentista. Podría eludir el tema, pero la obligación... Sé que es un asunto muy serio, trascendente, pero se trata más de un empeño personalista que de una respuesta a las necesidades y reivindicaciones del pueblo al que representa. Dan la impresión de olvidarse de eso, de su primera responsabilidad, de que representan a toda Cataluña, no a una parte. Artur Mas, por su comportamiento, sólo le preocupa su plan secesionista, a pesar de que el escenario de su comunidad presenta problemas casi trágicos, irresolubles sin el respaldo de España. La deuda incontrolada, el déficit disparado y la caja esquilmada componen un frente para el insomnio. Sin embargo, una decena de iniciativas independentistas conforman casi el total del bagaje legislativo de su Gobierno. Ha dedicado su tiempo exclusivamente a una pata del trípode que trazó al acceder a la Presidencia. Hay más. Va a provocar la frustración de la sociedad catalana y, además, ha metido en un laberinto de complicada salida al Partido Socialista que, con su autismo, corre el riesgo de hacer añicos su carácter de alternativa de gobierno. Logró que el secretario general del PSC, Pere Navarro, hiciera el ridículo participando en la cumbre «soberanista» y, una vez allí, sorprendiéndose de que el objetivo de CiU, ERC, ICV y CUP era independentista. No sé por qué me viene a la memoria aquella frase reflejo del esperpento:«Cualquiera que vea y pinte un cielo verde y unos prados azules merece ...». Así es la vida.