Nacionalismo

Bola de cristal

La Razón
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Me faltaba hacerte la pregunta del millón: ¿qué crees que pasará el 1 de octubre? Si te animas a contestarme, ansiosa te leeré. Ninguna certeza encuentro escuchando a los políticos implicados. Ayer mismo leí la entrevista del apreciado colega Toni Bolaño al «jesuita» Oriol Junqueras, intentando el líder de ERC no salirse del renglón pautado. Tampoco se pronuncian seguros los ciudadanos cuando les consultas, ni los compañeros periodistas, ni los consultores. Normal, todas las encuestas siguen retratando una sociedad catalana sentimentalmente dividida por la mitad en cuestiones independentistas.

A menos de un mes del supuesto choque de trenes entre España y Cataluña, se palpa aún en el ambiente el dolor colectivo por unos atentados cuyas víctimas han quedado eclipsadas, qué vergüenza, por la política turbia y su inefable guerra de banderas. Un mando de los Mossos, el señor Trapero, en principio portavoz mediático del cuerpo que tan brillantemente abatió a los yihadistas responsables, ha cometido el error de no reconocer los fallos previos de los suyos y de, incluso, humillar a un periódico que solo hacía su trabajo. Ante tanta duda, habrá que vivir este octubre caliente en modo intuitivo, cual pitonisa. De entrada, esta semana nos tocará estar atentos, el miércoles en Barcelona, a la aprobación exprés en el Parlament de la ley del referéndum ilegal. Madrid la recurrirá, en paralelo. En mi bola de cristal veo manifestaciones de los independentistas previas a la Diada. Les estoy visualizando ya en la calle, desde este mismo jueves.

Aún no me queda claro el discurso oficial de los partidos constitucionalistas. ¿Se acercará el PSOE a las tesis de Podemos? Pedro Sánchez debe negociar estos días con los suyos el concepto «España». ¿Podrá convencer a los barones para que abracen, como él, una plurinacionalidad que convertiría, por esa misma regla de tres, a Madrid en Nación? ¡Qué lío! Ahora bien, de puertas afuera seguro veremos unidos a PSOE y Cs, junto al Gobierno, frente al desafío catalán inminente, con sus 6.000 hipotéticas urnas. ¿Cómo piensa cumplir la ley Mariano Rajoy? ¿Qué gesto de autoridad se reservará? Mi bola de cristal se opaca, lo siento. No creo que el presidente del Gobierno pretenda aplicar el cacareado artículo 155 pero supongo –por su bien– una reacción contundente, si hace falta. El Estado demostrará, en la calidad de su respuesta, el grado de madurez democrática que atesora esta única nación, de momento, llamada España.