Cristina López Schlichting

Cambio

Tenía España la edad de consentimiento sexual más baja del mundo occidental, 13 años. Había edades inferiores en África y Centroamérica (12 años) y algún caso escandaloso en la Península Arábiga (9 años), pero en contextos de maduración sexual y entornos culturales muy diferentes. ¿Por qué esta dejación de responsabilidad frente a los menores? Creo que tuvo que ver con la revolución del 68 y, en España, con la superación de la represión sexual del franquismo. Que un hombre adulto se interesase por un menor era visto con una condescencia hoy incomprensible. Hablamos de la época en que Roman Polanski, por ejemplo, se metió en líos. Hoy parece claro que los padres han de poder decir algo si su hija o hijo menor empieza a salir con un señor de 30. Creo que están cambiando cosas. Empezamos a distinguir entre encorsetamiento sexual y falta de sentido común. Y es que venimos de años donde hemos identificado libertad con irresponsabilidad y placer con instintividad. Y lo que ha cambiado la vida de los adultos se está convirtiendo en un problema para los jóvenes. La promiscuidad es la norma entre los que pasan de los quince años, ginecólogos y urólogos advierten de la proliferación de las enfermedades venéreas y los chavales tiene un patrón extraño de tiempo libre que pasa por la noche fuera de casa, alcohol en grandes cantidades y el sexo como pasatiempo. Muchos de ellos empiezan a expresar malestar, soledad, falta de sentido. Tal vez esta discusión sobre la edad de consentimiento nos permita reconsiderar la dignidad de la persona, el sentido de las relaciones sexuales, el afecto, la familia y el ocio.