Presidencia del Gobierno

Cambio de rumbo

La Razón
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Cuando los resultados electorales no otorgan mayorías parlamentarias suficientes, llega el tiempo de la política. Los socialistas vascos han cambiado el rumbo, el propio exlehendakari, Patxi López, que en el año 2009 fue investido con los votos del PP, fue el encargado de defender y justificar el acuerdo de gobierno con el PNV.

Sin duda, la situación del Parlamento vasco, después de las elecciones de septiembre, requería un cambio de posición política. Existían diversos escenarios, pero en todos ellos el PNV tenía la iniciativa por su clara victoria electoral.

Los 29 diputados nacionalistas le aseguran el liderazgo a la hora de los acuerdos, si bien las opciones pasaban por escoger entre radicalizar su discurso nacionalista o por moderarlo. Después de la experiencia catalana, el PNV ha optado por lo segundo, entendiendo que un acuerdo con Bildu hubiese sido una catástrofe para ellos a medio plazo. En este caso, los intereses del PNV han coincidido con los generales del país, porque otra situación hubiese tenido como consecuencia un nuevo foco de conflicto territorial.

Pero tampoco era posible un acuerdo de gobierno con el Partido Popular. La rigidez de su discurso en Euskadi y en Cataluña y la experiencia del acuerdo PSE-PP allí desaconsejaba ese acuerdo, aunque no se descarte un pacto en las Cortes Generales. Por tanto, la única opción razonable que quedaba era la de los socialistas.

Tampoco es difícil de encajar por el PSOE. Históricamente, los socialistas vascos han han sido garantes de moderación en lo territorial y de fortalecimiento de la política social. La experiencia de los gobiernos de coalición hasta 1998 son un buen aval de éxito, si bien la situación de los socialistas es electoralmente la más débil de la democracia.

El pacto es bueno para los intereses generales, pero eso no quiere decir que los socialistas vascos hayan acertado del todo. En política las formas cuentan tanto como el fondo, porque se corre el riesgo de que las unas contaminen al otro.

Sin duda, los líderes del PSE tendrán que reflexionar sobre su relación con el PSOE. La cultura política y la norma legal del PSOE exige que un acuerdo de esta magnitud y con tantas repercusiones se dé de la mano y en sintonía absoluta con la dirección federal, lo contrario podría proyectar la falsa imagen de que el PSOE es una federación de partidos y no un partido federal.

Los socialistas vascos, que tanto han sufrido, también han contado con la generosidad del resto de socialistas españoles, como en el año 2009, cuando el Sr. Patxi López fue investido Lehendakari, a pesar de que las elecciones las había vuelto a ganar el PNV, de que para gobernar debía pactar con el PP y de que el PSOE en la carrera de San Jerónimo necesitaba pactar con el PNV para tener socios parlamentarios frente a un Partido Popular que estaba haciendo una oposición durísima en los albores de la crisis.

A pesar de todo ello, el afecto hacia los compañeros vascos pesó más que los intereses del gobierno socialista. Los dirigentes socialistas vascos deberían ser especialmente cuidadosos en no descuidar la coherencia. Atrás ha quedado el tiempo en que exigían la ratificación de los acuerdos de gobierno por los militantes en urnas, y también los tiempos de rechazo a cualquier aproximación institucional con la derecha política, porque no olvidemos que el PNV es una formación política muy conservadora, además de nacionalista.

Poco a poco el PSOE vuelve a ser un partido fiable, que da estabilidad y mejora la vida de las personas gobernando, ahora solo falta recuperar la confianza perdida, se ha iniciado el camino allá por donde más se había perdido.