Restringido

Cameron enseña el camino

La Razón
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El primer ministro británico David Cameron, con motivo de la Pascua, ha dirigido un mensaje a toda la nación en el que hace una defensa del cristianismo como base de la articulación social y moral de la sociedad, así como actor esencial en la tarea de ayudar, cobijar, alimentar y asistir a los más necesitados, complementando la labor que en este campo hacen otras entidades sociales y el propio Estado. Lo ha hecho con un lenguaje claro, sencillo y directo, sin los eufemismos y temores a expresarnos con la claridad que la corrección política ha impuesto en tantas cosas, entre las cuales también está la defensa de la religión cristiana. Cameron ha señalado que la Pascua es una ocasión singular en la que los cristianos celebran el triunfo del amor sobre la muerte con la resurrección de Jesucristo, y ha reconocido el importante papel que el cristianismo juega en la vida de su nación y el papel de la Iglesia como una fuerza viva que realiza una tarea admirable. Añadiendo que, siendo El Reino Unido un país que abraza la fe al mismo tiempo que tolera la falta de fe, deben sentirse orgullosos de ser un país cristiano. Y con relación a los sucesos que estamos viviendo en muchas partes del mundo, donde los cristianos son perseguidos, masacrados, asesinados y expulsados de sus casas y de sus países sólo por el hecho de serlo señala que debemos alzar la voz para denunciarlo con toda contundencia, y para decirles que estamos con ellos, no sólo de viva voz, sino enviando ayuda material y humanitaria allí donde eso se produzca. No sabemos si es la primera vez que lo hace o se trata de una tradición. Pero es evidente que no ha habido momento más oportuno para hacerlo que éste ante los salvajes atentados que llenan a diario los informativos contra la comunidad cristiana en muchos países por el hecho de serlo, especialmente por parte de otras religiones radicales, fundamentalmente islamistas, sin que se haga nada en defensa de los mismos por parte de los países más desarrollados, y, en especial, los de tradición cristiana. Tampoco conocemos que haya habido anteriormente una declaración tan clara y contundente sobre este asunto de un líder occidental de un país laico defendiendo la libertad religiosa y el cristianismo como la que ha hecho Cameron. Lo más preocupante es que una declaración tan importante como ésta no va a contar con la difusión mediática que merece, que es la que se daría a la que se realizase en sentido contrario. Como también lo es que el resto de líderes políticos de los países desarrollados, de tradición y base cristiana, no hagan declaraciones como aquella o la apoyen para defender nuestras sociedades, dando un mensaje claro de unidad y fortaleza a los que quieren acabar con nosotros. La guerra mundial soterrada a la que se ha referido en varias ocasiones el Papa Francisco tiene un componente religioso que estimula y justifica las acciones más brutales que hemos visto y padecido en los últimos años. Junto a razones político económicas, de injerencias y explotaciones por parte de los países occidentales, se alegan siempre, y cada vez en mayor medida, razones religiosas, casi siempre en nombre del islam, que abiertamente declara su guerra contra el cristianismo y contra nuestra civilización. La separación entre la Iglesia y el Estado que existe en nuestros países, preservando los valores fundamentales del cristianismo como base de nuestros derechos y nuestra convivencia, es lo que ha permitido el avance que hemos experimentado a lo largo de muchos siglos, y lo que ha permitido convivir pacíficamente a las distintas creencias y a los que no profesan ninguna. Por el contrario, esa separación no se ha producido en los países islámicos, donde el poder material también detenta el poder espiritual, utilizándolo para justificar acciones violentas contra nuestras sociedades, castigos físicos a los que no cumplan sus estrictas reglas, privaciones de derechos, discriminaciones por razón de sexo, etc. Un poder religioso en el que hay distintas corrientes y en el que, a diferencia de lo que ocurre en la Iglesia, donde hay una única autoridad reconocida por todos que interpreta los textos sagrados, dicta la doctrina y establece lo que es o no correcto en cada caso, cualquier imán puede imponer el criterio que considere más acertado según su interpretación del Corán, sin que ninguna autoridad religiosa superior pueda desautorizarlo, imponiéndose así las opciones más radicales y violentas, que no sólo quieren acabar con el cristianismo, sino también con aquellas opciones más moderadas dentro del islam. Nos estamos jugando mucho, y nuestros enemigos lo tienen claro. Por eso no solo actúan con toda la violencia posible, sino que han conseguido que en nuestra sociedad haya personas que justifiquen en alguna medida sus acciones mediante la introducción de un complejo de culpabilidad que ha hecho que la corrección política haga muy difícil escuchar manifestaciones y fijar posiciones como la que ha hecho el primer ministro británico en su mensaje. Por eso la declaración de Cameron es tan importante, y no puede quedar en algo interno y menor, dirigido a unos pocos defensores del cristianismo, como si fuera algo viejo, caduco y trasnochado en nuestra sociedad. Por eso debe darse a conocer con profusión y marcar el camino de los líderes políticos de nuestros países para que se sumen con determinación a la misma y al compromiso de defender lo nuestro y a los nuestros sin complejos, con todos los medios a nuestro alcance, en cualquier parte del mundo en que se les ataque. Aprovechémoslo por que todavía estamos a tiempo.