Julián Redondo
Chuletas
Frente a la hostilidad de la grada, Cristiano se definió: «Me envidian porque soy rico, guapo y un gran jugador». No se le puede discutir que es multimillonario y gran futbolista; en cuanto a lo de guapo... Es muy chuleta. Neymar también es un fenomenal pelotero, pero se está retratando. Como Cristiano, provoca; pero además es de los que reparte estopa, practica el juego subterráneo, simula faltas que no son y se las pinta solo para picar al rival. También es muy chuleta; pero más frágil que Cristiano, que en físico le gana por goleada, y un físico extraordinario es el mejor escudo para salir indemne de las faltas que rozan el Código Penal y para zafarse de entradas malintencionadas. Ronaldo celebra un 4-1 de penalti como si fuera el gol de Iniesta en Johannesburgo y Neymar se recrea en la suerte de la celebración, que concluye con algo parecido a un corte de mangas. El que pierde, además de derrotado, se siente ofendido. Sucede entonces que los ánimos se encrespan, que la furia de los vencidos trasciende a la grada, que grita y dirige su frustración hacia el verdugo y es cuando se hace necesario que Antiviolencia entre en acción. Hay que erradicar la violencia de los estadios, no permitir entradas como la de Giménez a Neymar ni provocaciones como las de «Ney». Frente a éste y «CR7», Messi, que recibe más que los dos juntos y además de que juega un montón, deja jugar.
✕
Accede a tu cuenta para comentar