Alfonso Merlos

Cinismo sin fronteras

La hipocresía de Rubalcaba es mucho más alta y larga que las vallas que separan España de Marruecos. Da lo mismo el tema. O peor. Cuanta más es su gravedad, cuanto más profundas son sus implicaciones para el interés nacional o la seguridad y la libertad de todos, más pluscuamperfecto es el desparpajo y el cinismo que gasta el jefe de filas socialista. Es el hombre sin miedo. Lo perdíseguramente en la primera ocasión en que sus más pronunciados embustes le retrataron como un farsante ante la hemeroteca, la videoteca y el conjunto de los españoles. Y desde entonces no ha parado ni disimulado su descaro y sus insultos a la inteligencia colectiva en momentos críticos. Da igual. A pesar de que en pleno desgobierno zapaterista se pegaran tiros en Ceuta y Melilla, y hubiera muertos, y el Ejecutivo defendiese con uñas y dientes a la Guardia Civil, ahora todo cambia 180 grados. Y es lógico, porque ya conocemos la divisa de esta izquierda: o nosotros en el poder o el caos. Asíde lastimoso. Y la consecuencia es que con su actuación siniestramente calculada, el otrora ministro del Interior estáponiendo munición en manos de quienes en Europa no tienen ni idea de lo que representa la línea divisoria con África, y de los marroquíes, y hasta de aquellos capos de la mafia que cuando ven debilidad en el enemigo buscan con más ahínco lucrarse en tiempo récord de su miserable negocio con jóvenes muertos por el hambre.

No es de recibo. No es que al astro de Solares le hayamos vuelto a pillar con el carrito del helado. Es que certificamos para vergüenza como país cómo el jefe de la oposición hace de trilero con el dolor de los más desgraciados con la vista puesta en desgastar al PP antes de las europeas. ¿¡O es que no estamos viendo la jugada?!