Escritores

Cobrar en tiempos revueltos

Cobrar en tiempos revueltos
Cobrar en tiempos revueltoslarazon

Nada como la presión social para que la clase dirigente mueva las nalgas sobre la silla. Desde que esta brutal crisis económica comenzase a asomar allá por 2008, -ya saben, poco antes de ese debate electoral Solbes-Pizarro que perdió el que sí tenía razón- no pocos se vinieron preguntando con qué cara comenzaría a manifestarse el drama a nivel social.

Esa cara nos la ha mostrado, a mayor gloria de la ceguera de sucesivos gobiernos, el episodio de los desahucios. Y aquí el oportunismo político no ha tardado en aflorar en dirigentes sabedores de que Gobierno y partido socialista ya se habían puesto las pilas por la cuenta que le trae.

Resulta chocante ver a alcaldes de relevancia anunciar «medidas» a estas alturas, ignorando en su empanada demagógica que existe una cosa llamada Ley. Una legalidad que precisamente sólo los políticos y nadie más que ellos pueden o deben cambiar. Como resulta llamativo que colectivos de jueces muestren escrúpulos ante la aplicación de esa legalidad, tal vez queriendo ignorar el papel que a cada poder del Estado corresponde y el hecho de que los «márgenes creativos» a la hora de redactar sentencias, a veces sólo llevan a ocurrencias como la «decadencia manifiesta de la clase política» del bueno de Pedraz.

Aquí lo que se ventila de entrada es cuantificar y definir con precisión de bisturí qué se entiende por los términos manejados de «situación extrema» o «familia vulnerable», no vaya a ser que reestrenemos la obra magna de Darío Fo «aquí no paga nadie» y pongamos en cuestión lo que nos quede de país serio y cumplidor ante quienes aún creen que vale la pena confiarle sus inversiones.