Julián Redondo
Colegas
El «affaire Benzema» tiene algo de aquella película de Eloy de la Iglesia, «Colegas». Jóvenes marginales, con problemas de todo tipo, dispuestos a escapar de la miseria a cualquier precio. Quique San Francisco convenció a Antonio Flores, José Luis Manzano y Rosariyo, que deseaba abortar y no tenía dinero, a dar un golpe que les sacaría de apuros... Terminó mal. Valbuena, internacional francés, cometió la torpeza de grabarse un vídeo porno con su señora y perdió el móvil. Cayó en las peores manos. Tres extorsionadores conectan con un colega de Benzema, amigo de la infancia, que convence al estúpido e insensato Karim para que transmita a su compañero de selección que o paga 150.000 euros o el vídeo será «top ten» en internet. Valbuena recibe el consejo como una amenaza y denuncia los hechos a la Policía, que tirando del hilo llega a Benzema después de trincar a los delincuentes. Nadie en su sano juicio puede imaginar que él entraba en el reparto. Cobra 8 millones de euros netos anuales. Quiso echar una mano a un colega, confundió a un compañero de profesión con el mensaje que transmitió y como no tiene dos dedos de frente vive en el ojo de un huracán que se lo llevará por delante si no sienta la cabeza. Hay quien se pregunta si al colega no le falta un hervor.
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