Ely del Valle

Como pollo sin cabeza

La decisión del PSOE en Portugalete y Navarra de poner barreras a que dos asesinos sean declarados personas non gratas es, cuando menos, sorprendente, ya que el término no conlleva ninguna decisión jurídica; es sencillamente manifestarse a favor de que tales individuos no sean bienvenidos a la vida civil tras salir de la cárcel gracias a la decisión del Tribunal de Estrasburgo y sin dar la menor prueba de arrepentimiento. Se trata sólo de una declaración de principios, de dejar claro en qué bando se está, de poner una barrera moral entre ellos y nosotros. Estas cosas son las que desconciertan al votante socialista, las que le llevan preguntarse si merece la pena seguir apoyando a un partido que dependiendo de dónde pone los pies dice «arre» o dice «so», y las que hacen que su respuesta sea «no» a tenor de las encuestas. Parece mentira que en un partido donde, por tradición, la consigna se ha seguido a pies juntillas, ahora no lo vean claro.

No es que el mundo se vaya a salir de su órbita porque un alcalde y cuatro ediles mal contados hayan elegido para Halloween el disfraz de Pilatos, pero su actitud da la razón a quienes dentro del PSOE piden la vuelta a la tortilla de un liderazgo, el de Pérez Rubalcaba, al que cada día se le descosen las costuras un par de puntadas. Al resto de los partidos se les podrá tachar de muchas cosas, pero este ir cada uno a su bola sólo ocurre entre los herederos de Pablo Iglesias que andan, desde el huracán Zapatero, como pollo sin cabeza.

El gesto de los socialistas del PSE en Portugalete y del PSN en Navarra es sólo eso: un gesto, pero los retrata y además coloca al PSOE en la línea incierta de los que pasan de mojarse. Y eso, en política, no se perdona.