María José Navarro
Conclusiones
Una, que es medio tonta, tiene querencia por los estudios científicos de las universidades norteamericanas y, de entre todos ellos, prefiere siempre los que acaban en obviedades o en conclusiones muy manidas. El Centro Norris Cotton, situado en New Hampshire y especializado en cáncer, ha echado un rato analizando mil cuatrocientas películas rodadas entre los años mil novecientos noventa y seis y dos mil nueve para finalizar afirmando que en el cine de hoy en día se muestran menos escenas de gente fumando, pero, sin embargo, han aumentado aquellas en las que los actores aparecen bebiendo. Esto casi era de cajón saberlo, sobre todo porque la administración norteamericana llegó a un acuerdo con la industria tabaquera para que se redujera el consumo de pitillos en las pelis . Por el contrario, el colodro, «er pelotaso», el consumo de alcohol, lejos de reducirse, aparece con más frecuencia que antes en las pantallas, por lo que desde el centro Norris Cotton han mostrado su preocupación por el incremento de casos de cáncer que puede provocar imitar esas actitudes. Esto de que se le tire a los aviones en las películas tiene explicación: todo lo interesante, tanto en el cine como en la vida, pasa de noche o con poca luz, lo que invita a la copa de manera inmediata. La excepción es Mad Men, donde da lo mismo que acabe de amanecer, que Don Draper ya tiene un vaso en la mano. Pues bien, ni el tabaco ni el alcohol han sido la causa del cáncer de Michael Douglas. Dice el tipo que lo suyo es por practicar mucho sexo oral y tendremos que estar de acuerdo con el machito en que es malísimo hablar a deshoras y usar la lengua para decir semejante tontería.
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