César Lumbreras
Crecimiento y empatía
La economía crece y el paro baja. Estos dos hechos son hoy indiscutibles, de acuerdo con los últimos indicadores publicados. La situación es muy diferente a la de hace doce meses, cuando también estábamos en puertas del parón agosteño y ya se apuntaban esas mismas tendencias, pero no existía la claridad y seguridad de estos momentos. Constatado lo anterior, cabe hacerse dos preguntas. La primera, si eso será suficiente para que el PP recupere intención de voto y suba hasta alcanzar, no ya la mayoría absoluta, porque eso parece improbable, pero sí para lograr una horquilla que se sitúe entre los 140-150 diputados. El segundo interrogante está muy relacionado con el primero: si desde el punto de vista económico las cosas pintan mucho mejor que hace un año, ¿por qué una buena parte de los ciudadanos, a la vez que votantes, no lo reconocen y por qué el PP y el Gobierno siguen siendo profundamente antipáticos a los ojos de muchos de ellos? La verdad es que Rajoy y su equipo, tanto en el Gobierno como en el PP, deberían hacer un ejercicio de reflexión y de autocrítica en un intento de encontrar la respuesta, primero, y aplicar las medidas necesarias, después. Ya no vale aquello que dijo uno de los ministros más antipáticos, cuando señaló algo así como «yo no he venido aquí para ser simpático, sino para hacer mi trabajo bien». Probablemente no había entendido que una parte de los ciudadanos considera que el hacer bien su trabajo incluye también tener empatía con la gente y estar a su lado, no sólo para dar «sartenazos», sino para ser cercano y hacerse cargo de que lo han pasado mal. Crecimiento y empleo, sí; de lo otro, también.
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