Alfonso Ussía
Crimen y odio
En homenaje y memoria de don Víctor Laínez, barcelonés, español, motero y admirador de la Legión, asesinado por la espalda por llevar el día de la Inmaculada unos tirantes con los colores de la Bandera de España. En homenaje y memoria de un hombre bueno que quería y sentía a España profundamente.
Llegó procedente de Chile con su mamá. Okupa y antisistema en Barcelona. La bufanda palestina, los pendientes y la suciedad. Durante un desahucio lanzó una piedra a la cabeza de un guardia municipal. Acertó. El terrible impacto dejó a quien cumplía con su deber tetrapléjico. Pasó cinco años en prisión. No se le privó de la nacionalidad española ni fue expatriado cuando recuperó la inmerecida libertad. La poderosa mafia de los okupas y los antisistemas financiaron, con la exquisita colaboración del Ayuntamiento de Xavier Trías, un documental de 120 minutos, «Ciutat Morta», en la que el canalla acusa a la Policía de amañar las pruebas en su contra. Lo declara en una entrevista en el periódico de Roures, «Público». «He pasado cinco años en la cárcel por ser sudaca». Pablo Iglesias se reunió con la mamá de la criatura para manifestarle su apoyo y solidaridad. En Zaragoza se instaló el delincuente del odio y la violencia, Rodrigo Lanza, con otros okupas amparados. Se sentían protegidos y cercanos a Podemos y al alcalde de Zaragoza, Santiesteve el Gominas. El documental se rodó en el año 2014, según consta en su ficha. Dirigida por los indeseables Xavier Artigas y Xapo Ortega. Indeseables y multiusos, por cuanto figuran también como autores del guión y la fotografía. La productora Metromuster, que parece ser recibió una agradable inyección de dinero público para producir el engendro. Cuando se estrenó, el guardia urbano de Barcelona se acostumbraba a la angustia de la inmovilidad total. Manos y piernas muertas para siempre. El abogado del hijoputa, un viejo amante de la ETA y hoy cercano a Inmaculada Colau. Para más apoyos fue defendido a capa y espada por Julia Otero.
El 8 de diciembre, el señorito okupa e hijo de la mamá visitada por Pablo Iglesias, reparó en un hombre de mediana edad que llevaba unos tirantes con la Bandera de España. Con la Bandera de la nación y el Estado que acogió al antisistema y le concedió la nacionalidad. El ser infecto, insultó a don Víctor Laínez. Fascista y franquista. Don Víctor, simpatizante de la Legión acostumbraba a llevar insignias del Tercio. Sí, del Tercio, la Legión de los soldados valientes que mueren por defender a quienes los desprecian. Y don Víctor, que quería celebrar tranquilamente el Día de la Patrona de Infantería, pagó su consumición y abandonó la pocilga. Todo local en el que se encuentre ese individuo, durante su permanencia, se convierte en una pocilga. No pudo dar en la calle ni diez pasos. El chileno nacionalizado español, el okupa con mamá visitada por Pablo Iglesias, el actor principal de la tragedia de un guardia urbano de Barcelona, golpeó con un objeto de hierro al motero de amor legionario en la cabeza. Y don Víctor quedó en el suelo, no sin antes recibir del asesino y de uno de sus acompañantes, contundentes patadas en su indefensión malherida. Rodrigo Lanza fue detenido el lunes, acusado de homicidio. De asesinar a un español libre y pacífico por llevar en los tirantes los colores de la Bandera de España. Ojalá se pudra en la cárcel el asesino devorado por el odio, el chileno que no fue devuelto a su país cuando dejó sin vida las manos y las piernas de un guardia urbano de Barcelona.
Será defendido por un abogado etarra que colabora con Colau. Pablo Iglesias, que anda de campaña, quizá no se atreva a visitar en esta ocasión a la mamá del cobarde asesino. Sólo en España puede suceder.
Que un extranjero asesine a un español por llevar unos tirantes con la Bandera de España, y muchos lo aplaudan y lo celebren. Descanse en paz el hombre bueno, don Víctor Laínez, el motero que soñó con ser legionario.
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