Cuerpos azules

«Los cuerpos se ponían azules a las dos horas», rezaba el titular de una de las informaciones sobre Siria que proporcionaba ayer LA RAZÓN. Este asunto ha venido a trastocar completamente el inicio del curso político y económico. Suenan tambores de guerra en Oriente Medio o, por lo menos, de una intervención militar, según la terminología acuñada por Estados Unidos. Está claro que no se pueden utilizar armas químicas contra nadie y menos contra «personas indefensas», aunque creo que a estos efectos todos lo estamos, militares incluidos. A la hora de valorar la respuesta que se pretende dar a este vil acto me he propuesto acudir a uno de mis clásicos favoritos, Francisco de Vitoria, el dominico español reconocido universalmente por su valiosa aportación al mundo de la economía, la política y, sobre todo, del Derecho, especialmente el internacional. Una de sus obras, «De iure belli», está dedicada precisamente al derecho de la guerra y al uso de la fuerza para dirimir las disputas entre los pueblos, naciones o estados. ¿Qué hubiese dicho Francisco de Vitoria en un caso como éste? Ésa es la pregunta que me hago y para la que todavía no tengo respuesta. Hay que estudiar detenidamente sus escritos y proyectar su doctrina a los tiempos y conflictos actuales, con el consiguiente riesgo de equivocación por una mala interpretación. Mientras tanto, los que parecen tenerlo claro son Obama y sus aliados: habrá intervención militar sí o también. Ese sonar de tambores de guerra ha devuelto la zozobra a los mercados financieros y ha disparado el precio del petróleo, lo que puede impedir la recuperación económica. Ahí está otra complicación. Con todo, lo verdaderamente importante son esos «cuerpos azules».