Paloma Pedrero
De la mano
Maravillosa la foto de los mellizos, niño y niña, que al instante de nacer se dan la mano. Lo hacen con tal fuerza y ternura que estremece verlos. Se dice que estaban en bolsas diferentes dentro del útero materno, de modo que fue su primer contacto físico. Están de espaldas la una del otro, en postura fetal todavía, pero el bracito de ambos se extiende hacia su hermano hasta conseguir agarrarse con los dedos entrelazados. Las enfermeras del hospital de Guipúzcoa donde nacieron, impresionadas por el gesto, pidieron permiso a los padres de las criaturas para fotografiarlos y colgar en las redes la imagen. Y fíjense, en esta sociedad fría, encanallada, cabreada, perdida y triste, la foto de Ana y Manuel sellando su alianza ha sido un auténtico fenómeno. Miles de «me gusta» y otros tantos comentarios conmovidos demuestran lo mucho que necesitamos la ternura en la vida. Un fenómeno emocional en las redes sociales, eso ha sido. Y seguro que el hecho de que sean hembra y varón ha contribuido a sumar admiradores, porque nadie podrá negar que en el fondo la mayoría de nosotros desearíamos una mayor unión con el sexo opuesto. Poder encontrar más lugares comunes, darnos la mano en igualdad. Venimos al mundo, desnudos, indefensos, armoniosos, inocentes. Y quizá así podríamos continuar si no aprendiéramos a defendernos atacando, a buscar el dominio sobre el otro, a competir aun habiendo para todos, a querer el éxito equivocado, a comparar, a juzgar. A dar más valía a la guerra que al amor. Estos dos recién nacidos agarrados de sus recién nacidas manos son el signo de lo que tendría que ser, de un deseo. La fraternidad del mundo.
✕
Accede a tu cuenta para comentar