Julián Redondo

Del voto al boto

Del voto al boto
Del voto al botolarazon

Viento en popa a toda vela, no corta el mar sino vuela, el velero del Madrid. Surca los mares a todo trapo; domina en la Liga, en la «Champions» y de Marrakech ha vuelto a casa con el Mundialito, lo cual ha jorobado sobremanera a los del San Lorenzo, que sólo parecieron un equipo de fútbol, en lugar de una cuadrilla de destripaterrones, cuando se vieron perdidos y aparcaron la patada en el tobillo. Ha marcado 178 goles en 2014, suma 22 partidos invicto, a Cristiano le discuten cada vez menos su condición de Balón de Oro y Casillas se parece al que fuera durante un lustro, no tan lejano, mejor portero del mundo. Dispone de una plantilla muy valorada. Aseguran en Inglaterra que el Manchester United, que tiene el dinero por castigo, está dispuesto a desembolsar 153 millones de euros por Bale. Si fuera cierto –a las oficinas del Bernabéu no ha llegado semejante oferta–, ¿sería conveniente envolver al galés, ponerle un lazo y devolverle al United Kingdom? Ese precio que dicen que pagarían los ingleses equivale a dos James, a cuatro Kroos y, por ahora, a unos cuantos Jesés.

El canario fue ese joven futbolista que al inicio de la anterior temporada, en plena aclimatación de Bale, hizo dudar a más de uno sobre la idoneidad del fichaje de Gareth. Pero Bale dejó de lesionarse, recuperó la condición física y Jesé se rompió la rodilla frente al Schalke. Desde entonces, en el Madrid ha sucedido que una carrera del británico por la banda, en Mestalla, fulminó al Barça en la final de Copa. Y que Isco se ha convertido en lo que presagiaba, un futbolista colosal, y que Jesé está como nuevo y pidiendo minutos. ¿Hay que votar por Bale o botarle? Sublime decisión.