Irene Villa
Demandado un espíritu
En los homenajes y el último adiós a Adolfo Suárez, todos coinciden en su valentía, honestidad, gran capacidad para dar un paso adelante... El espíritu de la Transición que tanto se anhela y se evoca, especialmente desde que Suárez nos dejara, es el espíritu del consenso. La recuperación de su figura es crucial en un momento difícil, incluso tenso, como vimos el sábado. Por cierto la Policía, a quien por prejuicios no se le permitió tomar medidas contra los violentos, sufre de nuevo por un lado el desprecio de ciertos sectores de la sociedad y, por el otro, el que más duele, ver que sus propios mandos no les permiten defender su integridad física. Porque como dice mi querido y admirado Carlos Rodríguez Braun, no es momento sólo para recordar la Transición, sino también a todos los que hicieron y hacen todo lo posible para cargársela.
Adolfo Suárez afirmaba: «Pertenezco por convicción y talante a una mayoría de ciudadanos que desea hablar un lenguaje moderado, de concordia y conciliación». 38 años después España le rinde tributo. Lo que consiguió superando un rencor que prometía meterse en los corazones de todos para impedir la paz fue consenso. Hoy demandamos lo mismo. Volvemos a pedir integración, concordia, sentirnos seguros, que se tomen medidas de cohesión social y que se haga respetar nuestro modelo constitucional. En la anterior Legislatura la soñada cohesión social empezó a resquebrajarse precisamente por querer desenterrar lo que nos separa y reabrir heridas que empezaban a cicatrizar. Ojalá que hoy este espíritu resucitado consiga de nuevo que triunfe la armonía.
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