Demasiados frustrados

Algunos dan la impresión de fastidio no solo por fracasar en que el «caso Bárcenas» se lleve por delante al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, sino por ausencia de efectos negativos en otros campos, como la economía. A juzgar por sus comentarios y por la vehemencia con que atacan al inquilino de la Moncloa –hay a quien incluso se le hincha la carótida en sus intervenciones televisivas– parecen frustrados por el mantenimiento o bajada de la prima de riesgo, como si no se conformaran con naufragar en la desestabilización política y pretendieran el hundimiento económico de España y el rechazo del mundo internacional de las finanzas.

Lo cierto es que las desventuras del extesorero del Partido Popular no ha afectado al IBEX 35, que cerró la semana por encima de los 7.900 puntos con la vista puesta en los 8.000 para los próximos siete días. Tampoco ha hundido la imagen de nuestra nación ante los organismos de la Unión Europea. Y por si faltara algo a los agoreros, la balanza comercial, tan deteriorada hasta poco, se está nivelando y las exportaciones continúan su dinámica de récords provocando optimismo de cara al futuro. Evidentemente, la marca España tiene mejor consideración en el exterior que ante nosotros mismos.

Quienes no hacen más que cosechar reveses, no se dan cuenta de los efectos perjudiciales que están originando, la toma de la calle y la algarada con asalto a las sedes del PP, imágenes que sirven de apertura para todos los noticieros del mundo.

Sólo me queda expresar a estos decepcionados que siempre tendrán la esperanza de aquella reflexión «el fracaso es una gran oportunidad para empezar otra vez con más inteligencia». Así es la vida.