Toni Bolaño

Derecho a trabajar

Las prioridades son las prioridades. El paro, los «minijobs», la supresión de convenios por la reforma laboral y los recortes «austericidas» eran el centro de la protesta de miles de personas que secundaron la manifestación convocada por UGT y CC OO. Eran, y son, su prioridad. No lo era, ni es, la del presidente de la Generalitat más empeñado en defender el derecho a decidir que el derecho a trabajar, como le recordó un lúcido Pere Navarro. Sin embargo, el derecho a trabajar tendrá que esperar. Las prioridades de Mas pasan por el derecho a decidir. El pleno monográfico sobre la crisis no tiene fecha y hasta el 15 de mayo no se reunirán sindicatos, empresarios y Govern para renovar el más que fallido Pla Estratègic de Catalunya. Una reunión que apunta más a una foto de Mas –que la necesita como agua de mayo– que a la presentación de medidas que vislumbren una salida a los más de 900.000 parados catalanes.

Hasta aquí nada nuevo. Sólo la guerra de cifras entre sindicatos y Guardia Urbana animaba la polémica en una marcha reivindicativa en la que se hacían oír los trabajadores de Catalunya Ràdio y TV3 sobre los que pende un expediente que llevará a 500 a las listas de paro. Sorprendía que en la manifestación estuviera el líder de ERC, Oriol Junqueras, que combina su presencia en las marchas de trabajadores con su apoyo a los recortes del Govern. Lo justificó culpando de todo al Gobierno de la España opresora y recetó su pócima milagrosa no exenta de profecía: la Cataluña independiente no tendrá paro. Nadie le afeó su presencia. Ni su conducta.

No lo hicieron tampoco los dirigentes sindicales. Álvarez y Gallego arremetieron contra la patronal. Contra Rajoy. Contra Mas. Álvarez fue más allá. Pidió a Mas valentía. La misma que ha tenido por el derecho a decidir para frenar los recortes. El flamante reelegido secretario general de la UGT catalana ha cambiado las prioridades. No oiría a Pere Navarro. Ahora la prioridad es, más que nunca, el derecho a trabajar. Él lo tendría que saber.