¿Dónde está aquella sociedad?

El problema ya no es el estado al que ha llegado el presidente de Cataluña, Artur Mas, sino la pregunta ¿a dónde ha llegado toda aquella sociedad que abanderaba el desarrollo económico, se situaba a la vanguardia de la cultura y de la modernidad, encabezaba el europeísmo y exhibía una coherencia social en la que todos cabían? Da la impresión de que ha optado por protagonizar un esperpento universal y una imagen paupérrima en los territorios con los que se codeaba. ¿Ahora quieren un Gobierno independentista de izquierda radical, incluso comunista?

Artur Mas no sólo ha logrado destruir aquella Convergència i Unió que era determinante para la gobernación de España hasta provocar la salida de Unió, sino que la ha conducido a una senda de caída libre electoral. El presidente que más elecciones ha convocado para cosechar cada vez peores resultados y el que ha aupado a los separatistas al estrellato mientras y a los suyos al «estrellazo». Eso sí, antes el peor presidente de la democracia y su compañero de entonces en la Generalitat catalana pusieron la semilla.

En fin, ante el empeño de mi amigo Rogelio de que Cataluña encarna el absurdo, he ido al diccionario de la Real Academia Española y sus cuatro acepciones son «contrario y opuesto a la razón, que no tiene sentido, extravagante, irregular; chocante, contradictorio; y dicho o hecho irracional, arbitrario o disparatado». Prefiero que sean los lectores quienes juzguen.

Nadie sabe a ciencia cierta el desenlace de las negociaciones entre Junts pel Sí, CUP, ANC y demás figuras de la política catalana. Hasta mañana tienen tiempo. ¿Qué tienen que ver la mayoría de todos ellos con la sociedad con la que comenzaba estas líneas? Así es la vida.