Julián García Candau
Duelo de goleadores
Los grandes partidos no son sólo cuestión de los equipos. Sobre ellos, tradicionalmente, se ha valorado la importancia de los grandes ídolos. Antaño, por ejemplo, en los Madrid-Barça se trataba de confrontar a Kubala con Di Stéfano. En el Barcelona-Atlético de hoy toca apostar por la magnificencia de Messi y Falcao. Tales argumentos, las más de las veces, son tretas periodísticas para dar más interés al encuentro. No es, sin embargo, descabellado hablar de un presunto duelo entre los dos grandes goleadores que se enfrentan esta noche en el Camp Nou. Este tipo de peleas ponen en tensión a los seguidores de los clubes porque gozan con el triunfo del suyo.
Falcao juega hoy con ventaja moral porque tiene muchísimos más partidarios que nunca. Con él estarán los madridistas, que sueñan con un tropiezo del equipo barcelonés para comenzar a soñar con la remontada. Que el Atlético mantenga la distancia actual no les preocupa. La tradición les induce a pensar que podrán sobrepasarle, teoría que no es tan válida en el caso barcelonés.
Messi y Falcao son jugadores de distinta característica. Ambos sólo se parecen en su obsesión por el gol, pero mientras uno es artesano y creativo, el segundo es rematador de condición indiscutible. Messi está para crearse la ocasión del tanto o aprovechar la que le proporcionen los compañeros. Falcao está para situarse en el sitio adecuado y en el momento justo. Con ninguno se pueden permitir el menor descuido los defensores. Ambos son símbolo de lo más sagrado del fútbol: el gol.
Posdata. La servilleta puede servir como pañuelo del adiós.
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