María José Navarro
Ejemplares
Miguel Ángel Revilla, ex presidente cántabro y actual perejil de todas las salsas televisivas, ha sido cazado este lunes en la sesión de su parlamento regional echándole un vistazo al «Interviú». Su pasatiempo no pasó inadvertido y algunos de los diputados le inmortalizaron para seguidamente dar el chivatazo en Twitter, esa pasarela de vanidades disfrazada de escaparate de talento patrio. Tanto rato estuvo el hombre ojeando la publicación que también fueron alertados varios fotógrafos que han descubierto exactamente qué reportaje le tenía entretenido. Por un momentito me hizo creer que el descuido fue premeditado, es decir, a ver si me pillan y me siguen llamando para aparecer en lo que sea. Me hizo sospechar, sobre todo, la página en la que había colocado sus pupilas: una guitarra española apoyada en la zona ecuatorial tapaba los atributos (no exactamente todos, pero por lo menos ocultaba el Trópico de Capricornio) de la bella modelo y trabajadora de la noche Cristini Couto, brasileña prieta, con mucha vida interior y participante de postín en «Mujeres, hombres y viceversa», a donde dice haber acudido en busca de relaciones formales, de esas de leer en pareja un ratito todas las noches y de besito en la mejilla antes de apagar la luz del plafón de la mesilla. En el texto que acompaña al reportaje, la chica asegura que pretende encontrar a su Cristiano Ronaldo particular. Con el original insinúa haberse visto alguna vez en un centro cultural . Así es Revilla, un humanista, un hombre preocupado por su tiempo, un excelente invitado para cualquier programita con pretensiones, de esos que dicen buscar políticos pegados a la calle y que acaban normalmente en astracanada.
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